Sacrificio es una noción que procede de la lengua latina (sacrificĭum) y que tiene varios usos. Puede tratarse de un homenaje u ofrenda que se le realiza a una divinidad con la intención de rendirle tributo. En estos casos, el sacrificio incluye dar muerte a un ser humano o a un animal. Por ejemplo: “Algunos pueblos precolombinos solían asesinar niños para entregarlos en sacrificio a sus dioses”, “Los pobladores locales entregaron tres cabras en sacrificio para la Pachamama”, “Los sacrificios humanos están prohibidos por ley desde hace siglos”.
Los sacrificios humanos se desarrollaban en la antigüedad con la intención de lograr que las divinidades estén contentas y no descarguen su ira contra el pueblo. En el caso del sacrificio de animales, la matanza buscaba pedir el favor de los dioses (se mataba un animal con la intención de solicitar algo a cambio, como una buena cosecha).
La noción de sacrificio también se emplea para nombrar a un gran esfuerzo que realiza una persona, ya sea para alcanzar un objetivo, ayudar a otro sujeto, etc. Sacrificarse, en este sentido, puede llegar a implicar poner en riesgo la propia vida o incluso entregarla: “Tuve que hacer el sacrificio de no dormir durante tres noches para cuidarla”, “El joven ingresó a la casa en llamas para rescatar al niño y no pudo salir: su sacrificio es motivo de orgullo para todos sus vecinos”, “No vale la pena trabajar tanto para recibir tan poco, es demasiado sacrificio”.
En general, se entiende que el sacrificio es un camino para llegar a una meta. La persona que se sacrifica estudiando durante años, por citar un ejemplo, confía en graduarse y obtener un título que le permitirá crecer a nivel profesional y personal.
Fuente: Definición de
--
--