Estados Unidos y los talibanes de Afganistán “han negociado una propuesta” para una “reducción de la violencia” de siete días, anunció el secretario de Defensa, Mark Esper, para quien el plazo es suficiente para juzgar si el grupo es realmente serio sobre alcanzar un acuerdo de paz.
El anuncio fue hecho en Bruselas tras dos días de reuniones con los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, (OTAN), que están considerando la propuesta, informó la página web Político.
La expresión de “una reducción de la violencia” está siendo usado pues los talibanes se rehúsan por ahora a comprometerse a un cese al fuego indefinido, pues muchos de sus comandantes desconfían de Estados Unidos y sospechan que podría ser usado para avanzar hacia zonas donde no tienen presencia. Los líderes temen a su vez la desmoralización de sus tropas, que no son monolíticas.
La propuesta podría allanar el camino a la firma de un acuerdo de paz duradero si todo marcha bien durante el período de reducción de violencia, logrando de esa forma poner fin al más largo conflicto en la historia de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump, según el diario The New York Times, ha dado luz verde a sus diplomáticos para la firma de un acuerdo de paz, pero siempre y cuando se cumpla una condición que no es poca cosa.
Trump exige que durante la semana previa a la firma de un acuerdo de paz se vea una reducción significativa de los ataques talibanes, en una clara señal de que la dirigencia talibana realmente controla a todas sus tropas, que vienen de distintas tribus y tienen distintos intereses.
Los talibanes han aceptado la condición, pero con excepciones. Dicen que se reservarán de atacar caravanas militares que intenten ampliar la presencia del ejército afgano en territorios donde no han logrado establecerse con el uso de la fuerza.
Los estadounidenses también se están reservando el derecho a proveer al ejército afgano con apoyo militar aéreo si lo necesitaran. Posterior a la firma de un acuerdo de paz con los talibanes, Estados Unidos empezaría el retiro de sus fuerzas. Los afganos tendrían entonces que sentarse a negociar el futuro de su país.
Las negociaciones, en las cuales no ha participado el gobierno afgano, empezaron en el 2019, uno de los años más violentos en el que se registraban entre 20 y 70 ataques diarios, según The New York Times.
El gobierno afgano, que a diario veía morir a docenas de sus ciudadanos, le insistió a Estados Unidos que exigiera un cese al fuego. Pero conscientes de que no era viable obtener un cese al fuego por parte de los talibanes, optaron por la llamada “reducción de la violencia” por una semana, para ver si las tropas de los extremistas musulmanes pueden ser controladas por sus líderes.
“Lo menor, si no la única solución para avanzar, es un acuerdo político. Tenemos las bases de uno sobre la mesa”, dijo el secretario de Defensa Esper. “La paz merece una oportunidad, pero eso exige que todos los bandos cumplan con sus obligaciones para poder avanzar”.
Con información de VOA noticias / Imagen Shutterstock
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