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El desprendimiento de retina puede dejarte ciego

El desprendimiento de retina puede dejarte ciego

El ojo es el órgano que permite transformar la energía lumínica en impulsos eléctricos que van hacia el nervio óptico y la transforma en las imágenes que percibe el cerebro.

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Está compuesto por los párpados, los globos oculares, el aparato lagrimal y los músculos oculares externos. La pared ocular, contiene a su vez tres capas: La externa, comprendida por la esclerótica y la córnea; la media, está formada por vasos sanguíneos, tejido del cuerpo ciliar y el iris; y la interna, que es la retina, donde se encuentran las células sensibles a la luz.

Esta última es la responsable de enviar la información visual al nervio óptico. Si de repente, se comienza a percibir poca nitidez, pérdida de la apreciación del color, destellos de luces o visión distorsionada, se debe ir al oftalmólogo porque pueda que se tenga problemas con la retina.

Otros síntomas son la aparición sombras, cortinas grises en el campo de visión y la disminución repentina de la misma.

Causas

Estos problemas pueden aparecer por traumatismos, hemorragias, degeneración de la propia retina o inflamaciones. Las personas que son más proclives a padecerla son aquellas que tienen miopía, glaucoma, han sido operados de cataratas previamente o tienen antecedentes familiares.

¿Cómo ocurre?

El desprendimiento de retina se da cuando esta capa se separa de la parte posterior del ojo y el líquido que se encuentra en la cavidad vítrea, traspasa la retina y se acumula debajo.

Cuando esto sucede, la visión se vuelve borrosa y es difícil que funcione. El riesgo mayor de este problema si no llega a solventarse, es la ceguera.

Tratamiento

La única manera de repararlo es mediante una cirugía ocular. El médico ha de hacer exámenes previos para definir cuál de las opciones es la más favorable para el paciente.

Estos procesos quirúrgicos consisten en fijar nuevamente la retina a la pared posterior del ojo. Una de las vías para lograrlo, es realizando una cirugía láser, que se basa en hacer pequeñas quemaduras alrededor de la retina o un tratamiento de congelación (crioterapia), que aplica frío intenso y congela la retina. Estos crean una cicatriz que evita el paso de líquidos a través del desgarramiento.

Otras opciones consisten en colocar una burbuja de gas que permite flotar a la retina para que vuelva a su lugar, mientras que el espacio que queda se fija con un láser. La introflexión, que empuja la pared del ojo hacia arriba contra la retina, y la vitrectomía, que extrae el gel que tira de la retina.

Aunque el 80% y el 90% de los pacientes tratados consiguen ver normalmente. Hay algunos desprendimientos que no pueden ser reparados, y por consiguiente la visión va en detrimento hasta llegar a la ceguera. Es decir, mientras más grave sea el desprendimiento, mayor posibilidad hay de que no pueda resolverse.

Por eso lo mejor es asistir al médico especialista cuando se sientan algunos de los síntomas ya mencionados arriba.

Pialet Narváez | Culturizando
Con información de: medlineplus.org / dmedicina / Wikipedia / aao.org | Foto: Oftalmologo / Shutterstock

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