David W. Griffith luchó mucho para poder ser un artista, después de atravesar la muerte de su padre a temprana edad y, con ello, penurias económicas que le impidieron seguir estudiando. Una vez que alcanzó el estrellato, contó todo lo que deseó, aunque este privilegio le costó caro…
En el resentido estado de Kentucky, a finales de 1800, nace David Llewelyn Wark Griffith (22 de enero de 1875), heredero de una cultura de orgullo blanco norteamericano, con raíces irlandesas: su bisabuelo había participado en la guerra por la independencia norteamericana, su abuelo había explorado el oeste del país azotando a las comunidades aborígenes y su padre, su más cercano descendiente, había servido nada más y nada menos que a un exsoldado de la Guerra de Secesión.
David creció como el sexto hijo de siete hermanos, en una casa granjera de clase media alta con esclavos y tradiciones sureñas. La desgracia azotó la familia cuando el padre muere en 1885. Su madre luchó por intentar mantener el negocio rural, pero se resignó a vender todo y trasladarse con sus hijos a Louisville, en donde intentó abrir un hostal que no prosperó.
Apretados en penurias económicas, David dejó la escuela a los 14 años para trabajar en distintos oficios, que iban desde vendedor de diarios hasta dependiente de una librería. Este último oficio le hizo interesarse por el teatro y la literatura, tanto que a principios de sus 20 años comenzó a trabajar como actor de teatro con pequeños papeles para también escribir sus propias obras.
En 1906 Griffith contrae matrimonio con la actriz Linda Arvidson. Luego se traslada a Nueva York a probar su suerte e intenta convencer al productor Edwin Porter para que lo apoyase con la producción de una de las obras que había escrito, pero sin lograr éxito en el financiamiento; en cambio, Porter le ofreció un papel como extra en la cinta Rescued from an Eagle’s Nest (1908). A partir de ese año, Griffith trabajó como actor extra en muchos filmes.
David W. Griffith: padre del cine moderno
Mientras Griffith trabajaba como intérprete en la película Professional Jealousy, para la Compañía Biograph, conoció al camarógrafo Billy Bitzer, con el que entabló una larga amistad. Luego de algunos problemas con la producción del filme, uno de los cofundadores de la compañía le dio un espacio a Griffith para dirigir su primer corto, The Adventures of Dollie (1908), y luego pudo elaborar varios más entre los que figuran The Cricket on the Hearth (1909, una adaptación de una novela de Charles Dickens) e In Old California (1910, producido en Hollywood).
Después de su primer largometraje Judith of Bethulia (1914), abandonó la compañía y se incorporó a trabajar con Mutual Film Corporation. Durante esos años, hizo varias alianzas en producción.
El nacimiento de una nación
D. W. Griffith se dispuso a adaptar la novela The Clansman (1905) al cine y de ahí nace la cinta The Birth of a Nation (1915, en español El nacimiento de una nación), una producción que revolucionó el cine por la introducción de conceptos como los primeros planos, los fundidos a negro, montajes alternos y los flashbacks. Como fruto de la formulación de esta historia nace lo que hoy se conoce como relato cinematográfico ya que, si bien ya otros cineastas habían estudiado los elementos que él empleó, la innovación radica en el uso magistral de todos ellos en un mismo largometraje de tres horas.
Si bien la cinta fue un éxito de taquilla, no estuvo exenta de polémicas tanto en su momento como ahora. Por su fecha de estreno, grupos de activistas afroamericanos se manifestaron en contra de la historia, cuyo argumento narra varios eventos de la Guerra Civil, entre los que destaca la parte final en donde miembros del Ku Klux Klan logran atrapar a un hombre negro (un actor blanco con maquillaje) que intenta violar a una mujer blanca.
Algunos gobiernos estatales prefirieron no proyectar la cinta, mientras que muchos políticos e intelectuales pronunciaron su repudio a la producción, que traía un claro mensaje de segregación racial y daba promoción a un grupo extremista casi extinto para entonces, el Ku Klux Klan (abreviado KKK). Griffith se negó siempre a pedir disculpas por su cinta.
Vida posterior de David W. Griffith
Para defender la libertad de expresión, Griffith se alió con Charles Chaplin y la actriz Mary Pickford para crear la compañía United Artist. Su siguiente película luego del éxito fue Intolerancia (1916), cuyo gran costo de producción supuso una pérdida en inversión, pero una gran apuesta artística. A partir de ese momento, su cine comenzó a fracasar constantemente a nivel económico, si bien tenía cierta aceptación a nivel de la crítica.
Griffith no pudo alcanzar el nivel de sus colegas y se terminó retirando de la asociación. Algunas de sus cintas más conocidas de esta época son The Mother and the Law (1919), Way Down East (1920) e Isn’t Life Wondeful (1924). En 1936 se divorció de su primera mujer y contrajo matrimonio con una joven 20 años menor que él, Evelyn Baldwin.
Muerte y legado
Las últimas dos películas del director fueron Abraham Lincoln (1930) y The Struggle (1931). El cine sonoro terminó de destrozar la esperanza de retomar el viejo éxito. D. W. Griffith murió de una hemorragia cerebral el 23 de julio de 1948, producida por el abuso de alcohol, luego de que su segunda esposa lo dejara.
A pesar de la controversia en torno a los mensajes de su obra cinematográfica, su colega Charles Chaplin no tardó en llamarlo “el maestro de nosotros”; asimismo, cineastas como Cecil B. DeMille, Alfred Hitchcock, Victor Fleming y Stanley Kubrick han reconocido la gran influencia de Griffith en el cine.
Su obra maestra, El nacimiento de una nación, fue elegida, en 1992, para ser preservada por la Biblioteca Nacional del Congreso de Estados Unidos. Mientras tanto, la sociedad sigue discutiendo si es correcto separar a la obra del artista.
Con información de La Vanguardia / Wikipedia / IMDb
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