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David Foster Wallace, entre la genialidad y el pesimismo

David Foster Wallace, entre la genialidad y el pesimismo

David Foster Wallace vivió entre genialidades y vastas descripciones. Su novela ‘La broma infinita’ es una de las mejores ficciones literarias. Aunque se quitó la vida con apenas 46 años, su intelecto nos proporcionó unos excelentes relatos. ¡Acá te contamos su importancia para la literatura!

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David Foster Wallace (1962 – 2008), conocido también como DFW, fue un hombre brillante, por la incidencia de distintos factores. En primer lugar, sus padres eran profesores de literatura y filosofía, por lo que desde muy temprana edad se impregnó de un ambiente de intelectualidad. En su juventud se abrió a los estudios y se graduó en inglés y filosofía, especializándose en matemáticas y lógica modal, para luego licenciarse en escritura creativa, en 1987. Las tesis de sus primeras carreras fueron alabadas y, gracias a ambas, recibió la distinción de summa cum laude. La escoba del sistema (1987) fue su primera novela, que tuvo una gran acogida por la crítica. Posteriormente escribió La niña del pelo raro (1989), su libro de cuentos más reconocido.

También se hizo conocido en el ámbito académico con la redacción de ensayos. Ilustres raperos: el rap explicado para blancos (1990), es un ensayo en el que reflexiona sobre el género musical gangsta rap y el contenido altamente violento de sus letras, en donde los intérpretes expresan cómo es la vida en las zonas menos favorecidas y ostentan sobre la tenencia de armas, la violencia pandillera, las relaciones sexuales y las mujeres. La redacción reflexiona sobre cómo este género es de gran gusto para la comunidad caucásica. Su otro ensayo más conocido es Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (1997), que posteriormente se convertiría en un libro, es un relato en donde plasma las vacaciones que tuvo en un crucero y la sensación de estrellato y malcriadez que sintió durante su estancia.  

DFW durante una lectura – Imagen: Wikimedia.-

Rasgos de su escritura y detractores

Aunque los críticos se refirieron a él como un escritor de ascendencia postmodernista, reconocía pertenecer a una generación que cuya máxima influencia no era la literatura clásica. Aunque era un gran estudioso de las letras y, por supuesto, de las lecturas canónicas, sus más grandes influencias venían de Europa, porque fueron las lecturas que frecuentaba en sus años universitarios. Sin embargo, en entrevistas mencionó haber leído con frecuencia a autores norteamericanos como William Gaddis y Ursula K. Le Guin, autores que recomendaba a sus alumnos.

También se referían a DFW como un experimental, etiqueta de la que huía. Para él, los mensajes de su ficción estaban bastantes claros y agregaba que sus historias eran “accesibles”; solo requería de un mínimo esfuerzo por parte del lector, que debía ver la literatura como algo más trascendental que un pasatiempo. La experimentación, según Wallace, era parte del viaje de escribir.

Los temas que frecuentaban sus líneas iban enmarcados en la crítica al capitalismo y el consumismo desmedido, que lleva al ser humano (y a sus personajes) a caer en un bucle incesante de malestar. Con ese pesimismo veía a la sociedad postmoderna, cuyo futuro se veía enmarcado en las nuevas tecnologías y los medios de comunicación. 

Sus detractores opinan que sus escritos son un espiral sin salida, en donde las descripciones y los detalles vuelven la narración insoportable y aburrida. La atención meticulosa en los elementos hacen que la trama principal se vea interrumpida y desorientada.

Obras y La broma infinita

A parte de las obras que ya se han mencionado habría que destacar también el libro de cuentos Extinción (2004), que recopila una serie de relatos cortos desde 1998, y el ensayo McCain’s Promise: Aboard the Straight Talk Express with John McCain and a Whole Bunch of Actual Reporters, Thinking About Hope (2008), un libro en donde ahonda en la figura del político John McCain en medio de la campaña política que realizaba cuando se presentó como candidato republicano en las elecciones presidenciales de 2008. 

Su novela más conocida, y elogiada, es La broma infinita (1996), una obra que mezcla un sinfín de géneros como la tragicomedia, la distopía, la sátira y la ciencia ficción. Está considerada como una novela psicológica y existencialista, que ahonda en la naturaleza del ser humano en un mundo gobernado por súper Estados, corporaciones y seres bizarros. La trama es compleja de explicar, pero se podría resumir en dos puntos:

Los Estados Unidos, México y Canadá se han unido para formar una mega nación. Las grandes compañías de este Estado pueden comprar los años y alterar la numeración regular, para titularlos como deseen. Estos años se conocen como “subsidiados” y tienen nombres extraños como “Año del Superpollo Perdue” o “Año de los Productos Lácteos de la América Profunda”.

La humanidad que habita en ese súper Estado está dividida en distintas tramas: los asesinos parapléjicos, que planean un golpe de Estado; los drogadictos, que se rehabilitan en una zona de la ciudad de Boston; la familia Incandenza y unos estudiantes de tenis.

Las cuatro historias se conectan a través de una película que se llama «La broma infinita», que embrutece tanto que la gente pierde el sentido de la vida y de la realidad. Aunque la novela se considera una parodia, DFW decía que era un relato profundamente triste.

La película dentro de la novela titulada «La broma infinita» es el hilo unificador de los cuatro grupos humanos (parapléjicos, alcohólicos, la familia y los estudiantes) y embrutece tanto que la gente pierde el sentido de la vida y de la realidad – Imagen: Wikimedia.-

Muerte

DFW se suicidó ahorcándose, el 12 de septiembre del 2008. Su pareja, una artista, tenía una exposición de pinturas aquella tarde y Wallace no quiso acompañarla. Horas después, ella lo encontró suspendido en el techo del garaje, en la casa que compartían en Claremont, California. Su padre explicó que su hijo sufría de depresión clínica y había suspendido la medicación meses atrás; además, había intentado terapia electro-convulsiva, y cuando quiso reanudar el tratamiento anterior ya había perdido efecto.

La revista Time incluyó La broma infinita en la lista de las 100 mejores novelas de la lengua inglesa (período comprendido entre 1923 y 2006). El rey pálido fue la novela que no logró terminar, pero se publicó póstumamente en 2011.

El actor Jason Segel lo interpreta en la película The End of the Tour (2015), quien fue alabado por la crítica.

Algunas de sus frases célebres

De La broma infinita:

“La aceptación es por lo general un asunto de cansancio más que de otra cosa”.

“No hay elección sin libertad, bucanero. No somos nosotros quienes estamos muertos por dentro. Todo esto que encuentras en nosotros tan débil y despreciable es justamente el riesgo de ser libre”.

“La validez lógica no es garantía de verdad”.

“Te importará muy poco lo que los demás piensen de ti cuando te des cuenta de lo poco que piensan en ti”.

Con información de The New York Times / El País / Wikipedia / Jot Down / Youtube / Frases y pensamientos

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