No termina la relación con los hijos cuando culmina el proceso de divorcio, de hecho, es justo ahí cuando comienza una nueva etapa, donde ambos padres tienen derechos, pero también obligaciones. Conocerlas es muy importante, porque el desconocimiento de la ley no exime a ninguno de los padres del cumplimiento de sus obligaciones.
Nunca está de más asesorarse bien, releer los acuerdos, buscar asesoría profesional o revisar un blog jurídico de calidad para tener una idea clara sobre cómo proceder. Tras un divorcio, la relación con los hijos no debe cambiar en absoluto, sino que debe ser mejor aprovechada por los padres. Solo de esa manera, únicamente, no se cumplen las obligaciones o se disfrutan los derechos, sino que se crean vínculos igual de fuertes, independientemente de si se tiene la guardia y custodia o no.
Guardia y custodia de los hijos
La custodia puede ser compartida o completa, pero en todo caso, será la persona que lleve las riendas de la crianza y del día a día de los hijos, sin que ello signifique que deba descuidarse de sus obligaciones de cara a lo legal.
Y es que las necesidades básicas deben estar cubiertas en absoluto, además de tener la obligación de cumplir con el régimen de visitas o con las fechas acordadas en caso de que se trate de una custodia compartida. Además, todo lo que ocurra de importancia con los hijos, debe ser notificado al otro progenitor, sin ningún tipo de excepción.
Obligaciones del padre que no tiene la custodia
Mientras el progenitor que tiene la custodia debe velar por la salud, el bienestar y las necesidades básicas del hijo o los hijos, el progenitor que no la tiene, debe ocuparse de cubrir la pensión alimenticia en la mayoría de los casos. El incumplimiento de esta obligación, lamentablemente es muy común, y sus consecuencias pueden llegar a ser bastante severas.
Aparte de ello, las obligaciones principales pasan por disfrutar del tiempo con los hijos en relación con los acuerdos que se hayan consensuado, y por supuesto, intentar mantener sanas relaciones y comunicaciones con los hijos y con la expareja, siempre pensando en el beneficio de los menores.
La comunicación es la clave
Aunque una relación de pareja haya terminado en un divorcio, las relaciones de amistad o al menos de respeto, jamás deben eliminarse del día a día, porque gran parte de las consecuencias se evidenciarán en el día a día de los hijos, incluso llegando hasta la edad joven o adulta manteniendo secuelas sobre cómo haya sido la comunicación y las intenciones en los primeros años tras el divorcio.
Por eso, lo elemental no solo es formarse adecuadamente y tomar todas las consideraciones importantes para que todo fluya de la manera correcta; obviamente, también cumplir con las obligaciones. Es importante velar por una sana comunicación entre las partes y con los hijos, de manera que si bien no se comparta el mismo techo o no se haya llegado a buenos términos, los menores no tengan que pagar absolutamente por ninguno de los actos de sus padres.
Cumplir con todas las obligaciones que demanda la crianza de un hijo, es exactamente lo mismo, se tenga una relación estable con la pareja o no. Por ello, inteligencia, sentido común y sanas intenciones, es lo que debe prevalecer cuando se ha tenido un divorcio, pero se debe cumplir con los hijos. Manteniendo esa actitud hacia lo que se piense hacer al respecto, seguramente los resultados serán destacados.
Nunca está de más negociar, eso sí, lo mejor es asesorarse de forma solvente con abogados de familia, porque muchas veces, los derechos y las obligaciones que eran válidos hace algún tiempo, hoy pueden estar perjudicando notoriamente a una de las partes, o incluso, a los hijos. De tal manera que incluso en estos casos, tan personales y diversos, la información es poder, y puede representar cumplir o no con las exigencias.
--
--