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¿Cuál es la diferencia psicológica entre las personas creyentes de lo paranormal y las escépticas?

¿Cuál es la diferencia psicológica entre las personas creyentes de lo paranormal y las escépticas?

David Gallo y Stephen Gray son dos importantes psicólogos estadounidenses que se preguntaban si las personas creyentes de lo paranormal eran menos inteligentes que las personas escépticas, y se sorprendieron al comprobar que no había muchos estudios serios al respecto, razón por la cual decidieron hacerlo ellos mismos.

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Albert Einstein, quien fue un reconocido científico, admitió que aunque no creía en el clásico Dios monoteísta, no se consideraba ateo.-

«Muchas personas razonables creen en fenómenos psíquicos y muchos escépticos razonables descartan estas creencias. Estábamos interesados en saber por qué hay diferencias de opinión tan grandes entre personas igualmente razonables”, expresaron los psicólogos, para justificar su estudio.

Gallo comentaba que, según su perspectiva, podría haber diferencias cognitivas entre las personas creyentes de lo sobrenatural y los que no, pero comentaba que no había ningún material relevante que validase su hipótesis.

¿En qué consistía el estudio?

Los psicólogos buscaron personas que tuvieran trayectorias educativas prominentes, entre las que había creyentes de lo sobrenatural y personas particularmente escépticas. A estos dos grupos de personas fueron aplicadas pruebas de razonamiento lógico, de lenguaje, de analogía o asociación y finalmente de memoria, ya que los psicólogos consideraban que los recuerdos de eventos en particular podían influir en que las personas pudiesen creer en cosas más allá de lo normal, pero se equivocaban.

Por lo general, según cuentan Gallo y Gray, no había diferencias significativas en la mayoría de los casos.

¿Cuáles fueron los resultados?

Aunque no pudieron explicar completamente si había diferencias cognitivas entre estos dos grupos de personas, su investigación dio resultados interesantes:

La ciencia: Tanto los escépticos como los que no lo son, estaban de acuerdo en la teoría evolutiva de Darwin, sin embargo, los creyentes de lo sobrenatural estaban más propensos a abrirse en otras teorías de la evolución.

Bienestar: Por lo general, las personas que admitieron abiertamente creer en sucesos paranormales estaban más satisfechos con su vida que las personas menos crédulas.

Contexto social: Más del 60% de los creyentes de lo sobrenatural admitieron que sus creencias concordaban con las de su núcleo de amigos y familia.

Experiencia propia: Los creyentes de lo paranormal suelen dar explicaciones más elaboradas a eventos cotidianos y “sesgan la información que reciben”, según la psicóloga Helena Matute, quien también ha investigado el tema. Las personas escépticas, por su parte, admitieron que la verdadera razón por la que no creían en eventos paranormales, es porque nunca habían tenido una experiencia de esa índole.

Habilidad intelectual: Aunque los resultados de las pruebas fueron bastantes similares en cuanto a habilidades cognitivas, las personas escépticas obtuvieron por lo general mejores resultados en las pruebas analíticas.

Los creyentes no son menos inteligentes

Ya que los escépticos sentían que los resultados los favorecían, y las personas abiertas a lo paranormal pensaron que el estudio terminó estando en su contra, Gallo asegura que ambas posiciones están equivocadas: el verdadero motivo de su estudio no era saber quién era más inteligente, sino simplemente descubrir las diferencias entre estos dos grupos de personas y conocer los diversos tipos de procesamiento de la información en cuanto a las creencias se refiere.

Aunque las personas creyentes de lo paranormal tuvieron resultados ligeramente inferiores a los escépticos en algunas pruebas, Gallo y Grey, junto con otros investigadores del tema, concluyeron que en realidad las personas que abrazan la sobrenaturalidad no son menos inteligentes ni tienen menor nivel de estudio que los no creyentes, así que, a pesar de los interesantes resultados obtenidos, el estudio no pudo dar una respuesta concluyente al problema planteado inicialmente por los psicólogos.

Con información de: El País / Springer Link / Imágenes de: Wikimedia / Shutterstock

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