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Ejercita tu imaginación con estos 10 consejos

Ejercita tu imaginación con estos 10 consejos

Tu imaginación es una poderosa herramienta de creación. Esta función del ser humano se desarrolla en el neocortex, la parte más evolucionada de tu cerebro y, dependiendo de la dirección en que la enfoques, puede ayudarte en tu vida diaria.

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Desarrollar la herramienta de la imaginación desde un estado amoroso de paz te ayudará a crear amenos futuros potenciales y también servirá como medio de acceso a planos sutiles de consciencia, a vivir una experiencia transpersonal que enriquecerá tu percepción del mundo. Aquí encontrarás nuevos ejercicios para el despliegue de tu imaginación.

Potente herramienta

Anteriormente has visto ejercicios para principiantes, los cuales consisten en memorizar y recrear en tu imaginación objetos simples y cotidianos observando con atención sus detalles, para luego jugar con ellos y cambiar su forma, hacer que se muevan o que traspasen otros objetos. El imaginar de esta manera es todo un arte que requiere disciplina, concentración y tiempo. Tú guardas dentro tuyo el potencial para ello, sólo necesitas tomar la decisión de hacerlo. Busca un lugar donde te sientas tranquilo y sepas que no vas a ser interrumpido mientras practiques.

La práctica en sí misma

En los ejercicios avanzados propuestos a continuación se intentará visualizar elementos que por lo general son inconcebibles para una mente no entrenada. Por este motivo, es menester que hayas practicado ejercicios que te ayudarán a preparar tu mente para esta actividad. Puedes encontrarlos en nuestro artículo, llamado «Aprende a utilizar tu imaginación», cuyo link se encuentra aquí debajo.

Preparación para técnicas avanzadas

Es recomendable que antes de realizarlos te coloques en una posición cómoda -puede ser sentado con la columna recta o acostado- y tomes varias respiraciones lentas y espaciadas, evocando una sensación de paz y tranquilidad, poniendo atención en cada inhalación y exhalación, aquietando cuerpo y mente. Puedes visualizar un hilo dorado de luz que ingresa por tu coronilla y llega hasta la base de tu columna vertebral, sosteniendo todo tu ser. Se necesita una actitud abierta y una disposición afectiva que puedes lograr mediante tu intención. Cuando lo sientas conveniente, puedes comenzar con los siguientes ejercicios.

Ejercicio #1: primera parte

Para comenzar, elige un elemento que tenga algunas puntas dispersas: puede ser una pequeña planta con ramas o el que tú desees. El ejercicio consiste en unir mentalmente los ejes de esas puntas y crear una red. Verás que es similar a mirar el cielo y observar una constelación o una figura como el Cinturón de Orión o la Osa Mayor. Las figuras geométricas que encontrarás serán triángulos o tetraedros, ya que son las más comunes, sobre todo en elementos naturales.

Ejercicio #1: segunda parte

El siguiente paso de este ejercicio consiste en «rellenar» mentalmente esas figuras: se busca transformar esos espacios en caras de figuras geométricas. Te resultará más fácil si para este ejercicio eliges un elemento sencillo, como la planta de aloe vera que ves de ejemplo. Experimentarás lo que es crear en tu realidad elementos que parecen invisibles, conexiones imposibles de percibir a simple vista. Este ejercicio ayuda grandemente a desarrollar tu capacidad intuitiva de percibir el mundo y tu poder de creación mental. Puedes practicarlo en el paisaje, por ejemplo si vives cerca de un grupo de montañas, al intentar unir sus cumbres.

Ejercicio #2

Si eres un iniciado en reiki o en alguna técnica energética, este ejercicio te resultará familiar ya que se busca crear algo de energía a través de la imaginación. Coloca tus manos separadas frente a ti, como si estuvieras sosteniendo una esfera. Con los ojos abiertos, visualiza dentro de ellas una brillante esfera de luz. Es un ejercicio básico en las técnicas energéticas y probablemente lo hayas intentado pero, al realizarlo luego de la práctica de los anteriores, notarás una considerable diferencia en la densidad, potencia, intensidad y control que tienes sobre la esfera. Tu imaginación a esta altura te permitirá canalizar y modificar esta energía con mayor facilidad. Intenta que tome forma, puede ser un merkaba, un corazón o un cristal.

Ejercicio #3

Este ejercicio es un tanto más complejo, ya que no habrá una imagen de referencia desde la cual partir. Es necesario que realices una meditación previamente, con el objetivo de aquietar cuerpo, mente y emociones. Para ello, utiliza alguna técnica de respiración que conozcas o, simplemente, en un lugar que te resulte cómodo, cierra los ojos y presta atención a cada inhalación y a cada exhalación, durante unos cuantos minutos. Una vez que estés en estado meditativo, busca percibir el silencio dentro tuyo, sentirlo, conectarte con él. En eso consiste este ejercicio: hacer contacto con tu silencio interior, y luego imaginar cómo se ve ese silencio en tu mente, cuál es la forma que toma. Primero hazlo con los ojos cerrados y después con los ojos abiertos. Este ejercicio busca poder visualizar el todo, el vacío fértil, el infinito, la nada, la consciencia de Dios.

Ejercicio #4: introducción

Este es el ejercicio más complejo – aunque no imposible – donde se intenta visualizar una forma en cuarta dimensión. Probablemente te preguntarás cómo es la cuarta dimensión: aquí encontrarás una referencia. En la tercera dimensión hay tres factores conjugados: la altura, la longitud y la profundidad, lo cual nos permite diferenciar objetos y personas, formas, y calcular distancias. En la cuarta dimensión se suma un factor: la indiferenciación, es decir, no existe diferenciación entre lo interno y lo externo, ya que la forma o el objeto se encuentra en movimiento constante desde adentro hacia afuera y viceversa. En ese flujo constante el principio de correspondencia «como es adentro es afuera» se cumple en absoluto. En la imagen puedes ver un hipercubo, un cubo de cuarta dimensión.

Ejercicio #4

El ejercicio consiste en visualizar un hipercubo en movimiento constante, donde su parte interna fluye hacia lo externo. Puedes intentarlo primero con los ojos cerrados y luego, con ellos abiertos. Presenta dificultad, pero es posible lograrlo mediante la práctica y el esfuerzo. El matemático y dibujante M. C. Escher tuvo la capacidad de aproximarse a la cuarta dimensión en su obra. Sin dudas era conocedor de de sabidurías extraordinarias, como puedes apreciar en esta obra suya. Anímate a intentar estos ejercicios, ayudarán grandemente a ampliar tu percepción y estado de consciencia.

Con información de: Ehow | Foto: Imaginación / Shutterstock

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