El 1 de enero es el primer día del año en el calendario gregoriano. Quedan 364 días para finalizar el año. Toma su nombre del dios Jano, del latín Janus, representado con dos caras, el espíritu de las puertas y del principio y el final.
Sin embargo, enero no siempre ha sido el primer mes del año. En realidad, el primitivo año de los romanos tenía diez meses (304 días en total) y comenzaba con Martius, dedicado al dios Marte, que pasó a ser marzo en español. La leyenda fija en 713 a. C., cuando el rey Numa Pompilio, sucesor de Rómulo, añadió los meses de enero y febrero para completar el año lunar (355 días).
El primer día del mes se denomina Año Nuevo. A principios del siglo XVI, los reinos europeos comenzaron a establecer oficialmente el 1 de enero como el día de Año Nuevo. Hasta 1752, el Reino Unido y sus colonias mantuvieron el 25 de marzo (9 meses antes del 25 de diciembre) como primer día del año. Rusia empezaba el año nuevo el 1 de marzo hasta el siglo XV y el 1 de septiembre hasta el año 1700, cuando el zar Pedro I cambió la fecha de la fiesta por el 1 de enero.
De acuerdo con una tradición, la piedra de enero es el granate y su flor el clavel.
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