El maestro del suspense siempre se mostró aficionado a las historias controvertidas. Por ello, tras el estreno de la adaptación de ‘Lolita’ (1962) llevada a cabo por el cineasta norteamericano Stanley Kubrick, Hitchcock no tardó en ponerse en contacto con el escritor ruso para colaborar en la elaboración de un guion.
Hitchcock y Nabokov, lo mejor de ambos mundos
En el contexto social donde el mundo se encontraba prácticamente dividido en dos corrientes ideológicas, estos dos genios de su gremio apuntaban a dejar las absurdas diferencias que se gestaban políticamente, y decidieron unir sus mentes en la elaboración de un proyecto que, de haber llegado a realizarse, sin lugar a dudas hoy en día sería considerado un clásico del séptimo arte.
Alfred Hitchcock, a pesar de haber nacido en Londres, se nacionalizó estadounidense. De esta forma, su contribución tanto al género del suspense como al cine en general, se consolidó fundamentalmente en la nación norteamericana.
Entre los mayores logros audiovisuales de Hitchcock, se destacan las cintas: La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1959), Psycho (1960) y The Birds (1963).
Aficionado a las ideas transgresoras que partían de la necesidad artística y expresiva de la época, Hitchcock se mostró gratamente complacido con la adaptación cinematográfica realizada por el realizador Stanley Kubrick, basada en la polémica novela Lolita de Vladimir Nabokov, una de las obras escritas más controvertidas en la lista de libros prohibidos por las bibliotecas escolares.
El director de Psycho, fascinado por la capacidad del autor ruso en retratar la monstruosidad de un personaje como Humbert Humbert, pedófilo y hombre intelectual de la Norteamérica conservadora, se puso en contacto con Nabokov por medio de cartas, en las cuales decidió compartir un par de ideas para un par de películas que tenía en mente.
Hitchcock, admirador de la obra de Nabokov, lo definió como el hombre capaz de materializar “historias emocionales y psicológicas, expresadas en términos de acción y movimiento”.
La correspondencia entre el autor ruso y el maestro del suspense
La comunicación epistolar por parte de ambos, corresponde a la continuación de una serie de llamadas telefónicas en las que, originalmente, el cineasta y el autor habían comenzado a plantearse la posibilidad de trabajar juntos en la elaboración de un guion para trasladar al cine.
Extracto de la primera carta de Hitchcock a Nabokov:
“La primera idea en la que he estado trabajando está basada en una cuestión que no creo haber visto nunca abordada en las películas o, hasta donde sé, en la literatura. Es el problema de una mujer asociada, bien por matrimonio o por compromiso, con un desertor”.
La carta continúa con una segunda idea por parte del director británico:
“Ahora, mi siguiente idea, que no estoy seguro de si realmente le gustará, pero tal vez podría.
Me pregunté lo que ocurriría con una chica que ha pasado toda su vida en un convento de Suiza debido al hecho de que su padre es viudo, saliese del internado al final del curso. Ella volvería junto a su padre, que trabajaría como gerente de un gran hotel internacional (en el momento, se me ocurrió el Savoy de Londres). Este gerente, el padre de nuestra joven heroína, tiene un hermano que trabaja de recepcionista, otro hermano que ejerce de contable, un tercer hermano que es el chef del hotel, una hermana que es el ama de llaves y una anciana madre que vive en el ático del edificio. La mujer tiene cerca de 80 años, es una matriarca. Resulta que toda la familia forma una banda de ladrones que emplea el hotel como base de operaciones. Y nuestra inocente heroína de 19 años se ve en medio de ese escenario”.
El escritor no solo respondería complacido con el entusiasmo de su interlocutor, sino que le confiaría otro par de ideas propias:
“Muchas gracias por su carta. Encuentro sus dos ideas muy interesantes. La primera de ellas me resultaría difícil de llevar a cabo porque no conozco los detalles suficientes acerca de las cuestiones y los métodos de la seguridad de EE. UU., ni tampoco acerca de cómo trabajan las agencias de espionaje, bien juntas, bien por separado”.
El autor, en la misma carta, adjunta las premisas de su trabajo:
“Una chica, una estrella ascendente pero aún de segunda fila, es cortejada por un astronauta. Al principio, ella se muestra condescendiente: tiene un lío con él, pero podría tener uno o varios amantes al mismo tiempo. Un buen día, él encabeza una expedición a una estrella lejana: viaja hasta allí, y regresa con éxito. Las situaciones de ambos han cambiado: él es el hombre más famoso del país, mientras que la carrera de ella se ha estancado”.
Prosigue con la segunda opción:
“Llevo bastante tiempo considerando escribir la historia de un hombre que cruza el Telón de Acero para exiliarse en EE. UU. El peligro constante en el que vive, su necesidad de ocultarse y de evadir a los agentes de su país natal que le persiguen para secuestrarle o matarle”.
La trascendencia de estas ideas
Aún se desconoce la razón por la cual estas dos mentes brillantes del siglo XX decidieron no continuar con su prometedor proyecto cinematográfico. Sin embargo, sus ideas no quedaron estancadas, y de alguna forma u otra, lograron salir a la luz.
Cortina rasgada de Alfred Hitchcock (1966) estuvo protagonizada por Paul Newman y Julie Andrews, y su argumento no es otro sino el plasmado por la primera idea del cineasta en su carta a Nabokov.
Por otro lado, la historia de la chica cortejada por un astronauta fue llevada a la gran pantalla por Rand Ravich con un guion que, presuntamente, fue escrito por él mismo. La cinta contó con las participaciones de Johnny Depp y Charlize Theron y llevó por nombre The Astronaut’s Wife.
Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando
Con información de: Cinemanía | Open Culture | IMDb
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