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8 tacaños históricos

8 tacaños históricos

En estos tiempos de Navidad, caracterizados por la alegría de dar y la generosidad, hacemos una pausa para recordar a unos singulares personajes que serán recordados por todo lo contrario: por ser de los más tacaños de la historia.

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Hetty Green: Henrietta ‘Hetty’ Green nació en 1835, y fue la mujer más rica del mundo allá por los años 1800. Murió con dinero en efectivo y posesiones con un valor de más de 100 millones de dólares (cerca de 2000 millones de dólares, unos 1500 millones de euros), pero durante su vida, se negó rotundamente a ayudar a los más necesitados, incluso si eran miembros de su familia. Su hijo se rompió una pierna de niño, y ella se negó a pagar el tratamiento, y en cambio, trató que lo aceptaran en un hospital gratuito para los pobres. Por estas razones, el Libro Guinness de los Récords la tiene que la persona más miserable de la Historia.

J Paul Getty: J Paul Getty hizo su fortuna durante la Gran Depresión, y tuvo intereses en unas 200 empresas, incluyendo la Getty Oil Company. En 1966, el Libro Guinnes de los Records le nombró el ciudadano privado más rico, y cuando murió en 1976, contaba con una fortuna de unos dos mil millones de dólares de la época. Pero Getty era un tacaño de campeonato, e incluso tenía un teléfono de pago instalado en su mansión inglesa. También se hizo famoso por no pagar un chantaje de 17 millones de dólares por su nieto adolescente, que había sido secuestrado en Roma en los 70. Después de negarse a pagar, los secuestradores mandaron una oreja del chico por correo a un periódico. Al final, Getty acordó para un rescate reducido a 2.2 millones.

John Elwes: El político inglés John Elwes es conocido por ser la base que inspiró a Charles Dickens para crear al avaro más famoso de la historia de la literatura, Ebenezer Scrooge, de su obra ‘A Christmas Carol’ (Un cuento de Navidad). Elwes, miembro del Parlamento Británico, nació en 1714, y disponía de una fortuna de unos 390.000 dólares de la época (unos 28 millones actuales, 21 millones de euros), pero vivía como un pobre. Llevaba la ropa raída, harapos y se iba a la cama cuando caía la noche para evitar gastar dinero en velas, mientras que su casa se caía a su alrededor y era una ruina. Murió con muy pocas posesiones, pero dejó su fortuna a sus dos hijos nacidos fuera del matrimonio.

Ingvar Kamprad: El fundador de IKEA, Ingvar Kamprad, es una de las personas más ricas del planeta, con una fortuna estimada en seis mil millones de dólares. Pero el empresario sueco cambió su residencia al paraíso fiscal de Suiza en los años 70, conduce un Volvo de hace 15 años, vuela en clase turista y recicla las bolsas de té. Este excéntrico personaje de 85 años es también conocido por visitar el restaurante del IKEA de su ciudad, para comer un menú barato de albóndigas y patatas cocidas.

Los hermanos Collyer: Los excéntricos hermanos Homer y Langley Collyer vivieron juntos en su casa desde su infancia en Nueva York hasta sus muertes. Los dos, de buena familia, tenían miedo de los intrusos y se convirtieron en reclusos en su propia casa a medida que envejecían. Taparon las ventanas y pusieron trampas para evitar robos. Les cortaron el agua, la electricidad y el gas, ya que no pagaban las facturas. Cuando murieron en los años 40, se encontraron 130 toneladas de basura y cachivaches en la casa, además de armas y munición. Sus posesiones fueron valoradas en unos 91.000 dólares, al cambio actual, 1.2 millones de dólares (unos 900.000 euros).

Oliver Cromwell: Como Caballero Protector de Inglaterra, Escocia e Irlanda durante el siglo XVII, la miseria de Oliver Cromwell afectó a la vida de millones de personas. En 1647, lideró el movimiento puritano que intentaba prohibir las Navidades, y convertir esas fechas festivas en una estricta celebración religiosa. En Londres, se dio poderes a los soldados para confiscar todas las comidas especiales para Navidad, árboles navideños y cualquier tipo de decoración, además de prohibir los villancicos. Estos tiempos tan tristes duraron hasta que Cromwell fue derrocado en 1660.

Andrew Carnegie: Andrew Carnegie era notoriamente roñoso pese a tener una fortuna de unos 3.000 millones de dólares al cambio actual. Este empresario escocés, que nació en 1835, emigró a Estados Unidos cuando era joven y consiguió amasar toda su fortuna en la industria del acero. Y según se hacía muy rico, comenzó a ser conocido por su tacañería, e incluso una vez dejó un centavo como propina por una comilona.

Sin embargo a Carnegie debemos darle crédito al reivindicarse al final de su vida, cuando se convirtió en un filántropo, y donó millones para conseguir la paz mundial y para la investigación científica, fundando además más de 3.000 bibliotecas por todo Estados Unidos y el resto del mundo.

Ephraim Lópes Pereira d’Aguilar: El noble Ephraim Lópes Pereira d’Aguilar nació en Viena, pero creció en Londres. Se convirtió en Barón a la muerte de su padre, en 1759, y heredó una gran fortuna. Durante un tiempo vivió con 20 sirvientes en los Broad Street Buildings londinenses. Pero poco a poco se fue convirtiendo en un personaje excéntrico y miserable, cambiando una vida de lujo, la mansión y el resto de casas palatinas que poseía. Antes de su muerte, escondió su fortuna secreta de 315.000 dólares en torno a su modesta casa, para que sus hijas tuvieran que encontrarla.

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