‘At Eternity’s Gate’ es considerada, hasta el momento, una visión precisa y contundente sobre la vida del pintor neerlandés Vincent van Gogh. Pero antes de que Willem Dafoe interpretara al artista, fueron realizadas numerosas cintas que también merecen un reconocimiento. Al igual que Van Gogh, los realizadores de cada filme han contado con la creatividad de innovar, y de este modo, presentar un momento distinto y crucial en la vida del pintor.
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Sed de vivir (Dir: Vincente Minnelli, 1956)
En 1956, el reconocido actor estadounidense Kirk Douglas tuvo la oportunidad de ser el primero en personificar al artista. En la cinta, el argumento central se fundamenta en el genio y el carácter que caracterizaban al autor de la serie “Los girasoles”, así como en su relación con su hermano Theo, quien lo apoyaba tanto de forma financiera, como emocionalmente; asimismo, en su amistad con el postimpresionista Paul Gauguin.
Vincent y Theo (Dir: Robert Altman, 1990)
Poco más de 30 años después, sería el turno de Tim Roth -conocido por haber interpretado a diversos personajes en filmes de Quentin Tarantino, tales como Reservoir Dogs o The Hateful Eight– para encarnar la personalidad y el genio del neerlandés. La película se estrenó en el centenario de la muerte del pintor, y supone un drama que acerca a la audiencia a la relación de Vincent, como el creador, y a Theo, como el curador de sus obras. Uno de los puntos a favor de la cinta, refiere al hecho de que se presentan distintas locaciones que, verídicamente, inspiraron al artista en la creación de varios de sus paisajes.
Los sueños de Akira Kurosawa (Dir: Akira Kurosawa, 1990)
Una de las películas más recordadas dentro de la filmografía del cineasta japonés, presenta una colección de cuentos basados en sueños que efectivamente tuvo el realizador nipón, y que decidió recopilar en una suerte de antología, que se convertiría en una brillante joya audiovisual. En una de las historias contadas, el también director y productor estadounidense Martin Scorsese toma la forma del pintor oriundo de Países Bajos, y se inmiscuye dentro de uno de los sueños de Kurosawa.
Van Gogh (Dir: Maurice Pialat, 1991)
Un año después, el proyecto escrito y dirigido por el cineasta francés Maurice Pialat, se estrenaría en el Festival de Cannes, obteniendo como resultado un Palme d’Or, por su trabajo como director. La cinta, protagonizada por Jacques Dutronc, se acerca un poco más a la forma en la que comienzan a ser contadas las historias hoy en día, sobre los últimos momentos de Van Gogh, para ser exactos, los últimos 67 días en la vida del artista, antes de que -según el argumento de la película- decidiera suicidarse.
Van Gogh: Painted with words (Dir: Andrew Hutton, 2010)
Este documental biográfico, producido para la BBC, fue protagonizado por Benedict Cumberbatch en 2010. Es una película bellamente construida, basada en el diálogo epistolar que el artista mantenía con su hermano, Theo van Gogh, mientras vivían a distancia. La adaptación de dicha correspondencia fue un trabajo atribuido a Hutton y Alan Yentob. El primero, además, supo otorgar un sutil dinamismo a su trabajo, a través de las rupturas de la cuarta pared, las cuales permitieron que la audiencia pudiese generar mayor empatía con el personaje.
Loving Vincent (Dir: Dorota Kobiela y Hugh Welchman, 2017)
Loving Vincent es, indudablemente, uno de los mejores homenajes que se han hecho en la historia del arte. A través de una técnica de animación, basada en la pintura al óleo y en el trabajo de cientos de artistas para cada fotograma, la cinta recoge los días del joven Armand Roulin, hijo del cartero personal del famoso pintor, quien aún después de haber fallecido, había dejado una carta a su hermano, pendiente por entregar. Sin embargo, Armand descubre que Theo van Gogh ha fallecido, tan solo seis meses después de Vincent. Es entonces cuando decide viajar al pueblo donde el artista pasó sus últimos días, y así, ahondar en su investigación y encontrar a quien darle la carta.
At Eternity’s Gate (Dir: Julian Schnabel, 2018)
A pesar de que al momento del rodaje, Willem Dafoe tenía 30 años más que el personaje de Van Gogh, la realización de esta cinta está elaborada con tanto esmero, atención al detalle y precisión en todo cuanto refiere al casting para encarnar al pintor, que la brecha generacional apenas se convierte en un minúsculo pormenor. El trabajo de Schnabel consistió en homenajear al artista desde lo íntimo, tomando como referencia el hecho de que Van Gogh pintaba porque era lo único que lo hacía sentir vivo. Por ello, no es de extrañar que Willem Dafoe se haya ganado la nominación de Mejor Actor, en los Premios Oscar de este año.
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Con información de: elcomercio.pe| revistaarcadia.com | culturainquieta.com
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Autor:
Gabriela Herrera
