En la infancia muchos lo hacemos, pero hay adultos que presentan el impulso de comerse las uñas sin poder evitarlo. Esto daña tu salud bucal y es un hábito poco estético, pero acá te aconsejamos cómo dejar de hacerlo.
“Comerse las uñas” como se le conoce vulgarmente (aunque técnicamente solo se muerden o roen las mismas mas no se tragan) es un hábito asociado a la niñez y suele ser pasajero, pero cuando reaparece en la adultez generalmente se presenta como trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) –un trastorno de ansiedad común- que requiere de ayuda profesional.
La onicofagia supone un problema tanto de salud como de estética, puesto que las uñas tienen virus y bacterias que pueden enfermarte al tocar los labios y la boca; además, este hábito repetitivo puede dañarlas permanentemente, así como a los dientes y encías; por esta razón, aquí te presentamos distintas maneras de afrontar esta fea costumbre y apartarla de tu rutina.
Ten fuerza de voluntad
El primer paso a tomar y el fundamento de todo es querer superar el problema o situación que se presenta, en este caso en concreto el morderse las uñas, que, si bien no es algo trágico o dramático, sigue siendo una conducta no deseada y es difícil deshabituarse a ella. Todo dependerá de tu esfuerzo.
Imagen: Mejora tu fuerza de voluntad .-
Identifica el problema
Si la costumbre persiste en la edad adulta (ya que se considera normal siendo niños) tenemos un problema y es necesario identificar su causa, bien sea física (pellejitos, cueritos, etc) o emocional como el estrés, la ansiedad, el nerviosismo o el aburrimiento; para así trabajar en ella.
Imagen: Ubica la raíz de tu problema .-
Evita productos estimulantes
Si la ansiedad es tu causa principal evita consumir estimulantes tales como café, té, azúcares, bebidas alcohólicas y carbonatadas, etc.
Imagen: Bebidas estimulantes varias .-
Esmaltes con sabores desagradables
No te predispongas si eres hombre porque estas pinturas son incoloras, así que puedes comprar sin ningún tapujo un par de frasquitos en farmacias y herboristerías; estos tienen un sabor amargo y eventualmente el mal gusto hará que dejes de llevarte las manos a la boca. Se retira con quitaesmalte. Si prefieres alternativas caseras prueba con esmalte de ajo o guindilla machacada.
Imagen: Marca de esmalte para evitar la onicofagia .-
Mantener las uñas cortas
Fácil e intuitivo: uñas más cortas, menos para morder. Si combinas esto con manicura es doblemente efectivo.
Imagen: Cortauñas grande .-
Hacerse la manicura
Aquí atacamos otro flanco débil: el bolsillo… y es que en muchos casos la manicure es costosa y difícil de mantener por los delicados productos y acrílicos que la componen. Pensar en la relación costo-beneficio puede ser un incentivo, así como tener las uñas postizas un tiempo hará que crezcan las tuyas mientras tanto.
Imagen: Uñas pintadas de forma casera .-
Reemplazar este hábito por otro
Intenta masticar goma de mascar cuando sientas ganas de morder tus uñas, tomar traguitos de agua, apretar una pelota antiestrés o tomar respiraciones profundas.
Imagen: Pelota antiestrés .-
Masticar chicle
Si la ansiedad te gana, mastica chicle sin azúcar para mantener la boca ocupada sin la necesidad de comer. Por otra parte, tendrás buen aliento.
Imagen: Chicle o goma de mascar .-
Ten siempre una lima de uñas
Hay unas muy pequeñas y bonitas, de diferentes materiales y estampados que pueden caber fácilmente en tu porta cosméticos o en tu portalápiz. Si ves que tus uñas están cuidadas reducirás las ganas de roerlas y además ¡matarás tiempo emparejándolas!
Imagen: Limas de uñas varias .-
Usa guantes
Algo obvio en el invierno y en zonas frías, pero incluso cuando no es temporada, puedes ponerte guantes para contrarrestar las ansias optando por látex (con crema hidratante para no resecar las manos).
Imagen: Guante de látex unisex de tallas varias .-
Por Ysabella De Angelis | Culturizando
Con información de Faro de Vigo / Webconsultas / Foto: Shutterstock
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