Marzo 06, 2017

3 aspectos que impiden tu inserción profesional

3 aspectos que impiden tu inserción profesional

Por Daniel Colombo |

El mundo cambia tan aceleradamente, que aquellas personas un tanto conservadoras en sus esquemas de pensamiento y formas de desempeño en las distintas áreas de la vida es posible que se encuentren con la enorme dificultad de insertarse profesionalmente, obtener mejores posibilidades o reorientar su carrera.

Los seres humanos conformamos nuestra estructura psíquica en base a experiencias y al historial de vida que trae cada uno; todas de diferente tono, algunas más felices que otras, son las que determinan la base de nuestra personalidad, que se forja en sus aspectos esenciales hasta aproximadamente los cinco años.

Lo que hacemos luego de esa etapa es reproducir muchos patrones, creencias y paradigmas que nos fueron inculcados, y que nosotros repetimos a veces inconscientemente, más allá de su valía. Recién cuando nos animamos a desafiarlos y a atravesarlos si resultan limitantes, es que podemos trascenderlos y, finalmente, crecer y transformarnos.

El proceso de convertirnos en adultos plenamente responsables de nosotros mismos incluye el fortalecer todo lo que necesitamos mejorar, y expandir lo innato, como nuestros dones y habilidades.

Las personas que encuentran muchas trabas en su desarrollo -enfocado en lo profesional y la carrera en este artículo-, si están verdaderamente dispuestas a superar estas vallas, necesitarán fortalecer todos y cada uno de los recursos internos indispensables para despojarse de lo que ya no funciona, y asumir e integrar lo nuevo de manera fluida, natural y conducente a obtener mejores resultados.

En mi trabajo como coach especializado en CEO, alta gerencia y desarrollo profesional tengo la oportunidad de apoyar y estimular a cientos de personas en el momento crucial de evaluar el resultado de su carrera. Y aparece en más del 95 por ciento de los casos un aspecto sumamente preocupante: la resistencia al cambio.

Parece ser que en la mentalidad de muchas de las personas con las que trabajo, se ha implantado que el mundo es como es, y que siempre será así. Esto es, de por sí, una visión sesgada y cortada a la medida del consultante; ya que el mundo se transforma permanentemente, al igual que las empresas, nuestros proyectos, nuestro cabello y todos los órganos de nuestro cuerpo físico.

¿Sabías que la piel que recubre el cuerpo se renueva totalmente cada 20 o 30 días? Eso significa que a lo largo de la vida estrenamos pellejo alrededor de mil veces.

Antes de avanzar, desde mis cincuenta y cinco años, quiero comentarte que comprendo cabalmente las dificultades de aquellos que están desorientados por su situación laboral; he estado con períodos de falta de trabajo. Gano mi sustento desde los 8 años de edad; y por momentos, debí llegar muy abajo en mis emociones negativas para dar el salto necesario para alcanzar el siguiente escalón en positivo. Es parte de la ley de la vida. ¿Justo? ¿Injusto? Depende de dónde se mire.

Tienes una elección que tomar cada día: como estamos viviendo en este plano físico, es necesario pensar las cosas desde una perspectiva mayor que la de nuestro propio ombligo. ¿Por qué? Porque básicamente en todo lo que decidamos hacer encontraremos dificultades. Los problemas son inherentes a la condición humana. La clave está en cómo los afronto, y cómo me he entregado desde mi inteligencia emocional para salir adelante.

Estos tres aspectos pueden resultar de ayuda para facilitar tu movimiento profesional, ya sea que necesites encontrar trabajo, cambiarlo por uno que consideres mejor o animarte a emprender:

1.     La edad no es un impedimento. La principal traba está dentro de cada persona. Cada vez que pongo afuera mi propia frustración (“ellos me hacen…”, “dicen que…”, “es injusto lo que me pasa…”) pierdo poder personal. No lo expreso desde un punto de vista de la auto ayuda; sí, de la auto estima que necesitas reforzar para salir adelante. ¡Claro que las situaciones se ponen complicadas para muchas personas con el correr de los años! Sin embargo, busca, investiga y conversa con personas que, teniendo más edad que la que hoy tienes, han reconvertido su vida y tienen carreras profesionales prósperas, satisfactorias y hasta con resultados mucho mejores de los que jamás han obtenido. Conozco al menos una docena que alcanzaron la cima profesional, e incluso han emprendido exitosísimos negocios partiendo de cero inversión pasados los sesenta años. “En lo que crees es en lo que te conviertes”, dice el refrán. Y realmente es así. Si tú no te eliges, es prácticamente imposible que otros lo hagan.

2.     Si no eres flexible interna y externamente, pierdes. No se trata de flexibilización laboral -término de uso frecuente a nivel global-, sino de expandir tus fronteras de las creencias que te dominan. Si tienes experiencia en al menos un solo aspecto en particular y lo dominas excelentemente bien, tendrás al menos una oportunidad si sabes dónde buscar, cómo presentarte, cómo captar la atención de los reclutadores y de las empresas. Esto no significa que sólo con eso alcanza: grafica que, según donde te pares en tu presente, es el resultado que vas a obtener.

3.     La victimización jamás funciona. Te resta energía; mella tu voluntad; te somete y te deja tan vulnerable, que posiblemente casi nadie querrá trabajar contigo. Personas quejosas, apesadumbradas, tristes, melancólicas; que no puedan trabajar en equipo y nutrirse de las brechas generacionales; que -pese a que quizás tengan un excelente background de conocimiento- no saben transmitirlo y compartirlo, automáticamente quedan fuera del mercado. ¿Es duro leerlo? Peor es vivirlo. ¿Se puede resolver? Definitivamente, sí. Invierte en ti. Toma cientos de cursos y entrenamientos en desarrollo profesional, y, sobre todo, en desarrollo personal. Hay miles, y gratis. Busca incluso en Harvard que tiene más de 98 cursos gratis on-line. Muévete de dónde estás. Sacude tus neuronas. Moldea tus creencias limitantes. Explora tus zonas oscuras. Sal de la victimización de inmediato: te deja muy mal parado ante ti; dar lástima jamás es una buena opción si lo que quieres es proyectarte hacia mejores oportunidades.

 

·       El cartel viral que no te lleva a ningún lado

Por último, he visto un cartel muy viral en las redes sociales que dice lo siguiente:

“Tengo más de 40, pero valgo mucho.

En contra de la discriminación

Por la edad en el empleo.

Comparte y dale a me gusta

Si crees que todos valemos”

¿Por qué este cartel no te lleva a ningún lado? Porque la queja no te mueve de dónde estás. Es como una mecedora: te entretiene, pero no te lleva a ningún lado.  Lo único que hace es dejarte peor de lo que estás, y regodearte en tu propia imposibilidad de salir adelante.

Además, tiene enormes errores básicos que mueven la comunicación humana en positivo.

¿Cuáles?

Repasemos rápidamente:

“Tengo más de 40, pero valgo mucho.” >  EL “PERO” SIEMPRE INVALIDA TODO LO ANTERIOR. Mejor es expresar: “Tengo más de 40, y valgo realmente mucho” o bien “Con más 40 años tengo mucho para aportar”

“En contra de la discriminación por la edad en el empleo” > TODO AQUELLO A LO QUE ESTÁS “EN CONTRA” TE COLOCA EN POSICIÓN DE QUEJA. Mejor es decir: “A favor de la equidad y la no discriminación”

“Comparte y dale me gusta” > ¡ESTO SUENA BIEN!

“Si crees que todos valemos” > ¡ESTO SUENA MAL! Mejor es decir: “Porque todos valemos.”

 

Entonces, observa tu comunicación. Observa a qué cosas le das “Me gusta” en la vida y en las redes sociales.

Las palabras crean estados de consciencia; y estos estados de consciencia crean tus resultados en la vida. De ti depende. De nadie más.

 

Por Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr |Ig @Daniel_Colombo

Coach especializado en alta gerencia y profesionales; escritor y comunicador profesional

Foto: Trabajo de oficina / Shutterstock

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