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Pónganse a leer: Mamá mala, las peores madres de la literatura

Pónganse a Leer con Pedro Julio | “Las manos de mi madre. Saben que ocurre por las mañanas. Cuando amasan la vida. Horno de barro, pan de esperanza”. Estas líneas pertenecen a la canción “Como pájaros en el aire” de La Negra Mercedes Sosa.

INTERESANTE

Resulta que el segundo domingo del mes de mayo en Venezuela y muchos otros países de la región, se celebra el Día de las Madres, bueno durante mayo se va celebrando este día para honrar a nuestras progenitoras, en México por ejemplo es el 10, en España se celebra el primer domingo de mayo, y el último domingo en República Dominicana. De manera que para subirnos en la ola de las madres hoy en Pónganse a Leer vamos a celebrarlas, pero no a cualquiera, aquí vamos a hablar hoy de las madres de la literatura.

Y hoy vamos a hablar de madres, pero de mamás malas, las peores de todas, de manera arbitraria he hecho un top 5 de las que son para mí las peores madres de la literatura.

El orden en el que serán mencionadas no tiene que ver con que una sea peor que otra, todas son terribles, a mí no me hubiera gustado tener a ninguna como mamá.

La señora Wormwood (Matilda de Roald Dahl)

Matilda Wormwood es una niña muy inteligente, que aparte de su amor por los libros y el conocimiento tiene poderes telequinéticos. Pero Matilda no encaja en su familia, porque a ellos no les interesa lo mismo que a ella.

Y en esto su mamá es determinante, la señora Wormwood nunca tuvo ningún tipo de conexión con su hija, de hecho le rechaza porque la niña es muy rara.

La señora Wormwood no trabaja, dedica su tiempo a los juegos de envite y azar, a ver programas de televisión de esos embrutecedores y a procurar su apariencia personal.

No le queda tiempo para cuidar de Matilda, de hecho ni la habían inscrito en la escuela, así que podríamos decir que esta señora es una madre descuidada, de esas que no tienen tiempo para sus hijos, porque tienen agendas muy ocupadas, y no son capaces de ceder a sus caprichos personales por nadie, incluyendo sus hijos.

Al final del libro tiene un gesto de decencia y amor por su hija y firma los papales de adopción, solo al final comprende que la niña estará mejor con su maestra y no con ellos. Bueno y ¿quién no estaría mejor con la señorita Miel?

Medea (Medea de Eurípides)

Aquí nos enfrentamos una la madre desnaturalizada. Medea es una tragedia de nos cuenta historia de Jasón, el del Vellocino de oro y los argonautas. Jasón se casó con Medea, hija del rey de la Cólquida.

Medea concibió dos hijos con él. En Corinto, a donde fueron al ser expulsados de sus tierras, el rey Creonte urde un plan para expulsar a Medea, y Jasón se presta para el plan.

Creonte le propone a Jasón que una vez apartada Medea se casaría con su hija la princesa Creúsa. Medea entonces, en un arrebato de celos, decide matar a Creúsa por medio de un manto hechizado que se convertía en fuego, envía a sus hijos a llevar el manto, a sabiendas que cuando el hechizo cobre efectos sus hijos morirán calcinados.

De esta se venga del rey matando a su hija y de Jasón matando a sus hijos. Ante los hechos los habitantes de Corinto horrorizados por aquello la obligan salir de la ciudad en el carro de serpientes aladas.

Doña Bárbara (Doña Bárbara de Rómulo Gallegos)

La mujer que representa la barbarie y que libra una lucha cuerpo a cuerpo con la civilización.

La novela fue publicada en 1929, Gallegos presenta de manera sutil y contundente una crítica al entonces dictador  de Venezuela Juan Vicente Gómez y al atraso en el que había sumido al país.

Doña Bárbara tiene una hija, que se llama Marisela, procreada con Lorenzo Barquero, un hombre al que despojó de todo.

Como madre, Bárbara es muy mala en muchos aspectos, en primer lugar no quiere saber nada de su hija, por lo que la abandona a su suerte y se aleja de ella. Pero no contenta con eso, cuando descubre que ella y su hija se han fijado en el mismo hombre, el civilizado Santos Luzardo, se dedica sistemáticamente a intentar arruinarlos.

Doña Bárbara decide rivalizar con su hija por la atención de un hombre, y echa mano de todos sus recursos para eso, sin importarle el daño que le hará a su propia hija. Solo le interesa alimentar su ego y conservar el poder que ha logrado cosechar en aquellas tierras hostiles.

Mamá Elena (Como agua para chocolate de Laura Esquivel)

Esta historia transcurre entre México y los Estados Unidos, en la época de la Revolución mexicana. Tita era la menor de las hijas de Mamá Elena, y por ello debía cumplir con una curiosa tradición familiar, la hija menor se quedaría soltera para cuidar a la madre.

Tita se enamora de Pedro y el de ella y va a pedir su mano, que obviamente Mamá Elena le niega, pero le ofrece la posibilidad de casarse con su hija mayor, Rosaura, y va Pedro y se casa con la hermana de la mujer que ama, para poder estar cerca de ella.

Mamá Elena es una mujer autoritaria, que ejerce su poder a través de un régimen del terror. Cuando Tita se rebela contra ella, le recuerda que la que manda es ella. Es una madre castradora, que decide el destino de sus hijas porque a ella se lo decidieron también. Mamá Elena le hace la vida imposible a Tita, hasta volverla loca.

“Alerta spoiler” a mitad de libro Mamá Elena muere, pero esto no le impide volver del más allá para seguir torturando a Tita.

Mamá (Mamá de Roberto Fontanarrosa)

En este cuento Fontanarrosa nos cuenta a manera de crónica las impresiones de un hijo hacia su madre. El inicio que es genial y dice así…

“A mi mamá le gustaba mucho el trago. No puedo decir que tomaba una barbaridad, pero, a veces, cuando a la noche se acercaba a darme un beso, yo podía percibir su aliento pesado por el alcohol. Ella siempre me besaba antes de irse a dormir. Yo era chico, estoy hablando de cuando tenía 8 o 9 años. Ella se quedaba viendo televisión hasta tarde y, antes de ir a acostarse, venía y me daba un beso. Nunca dejaba de hacerlo. En la mayoría de los casos yo fingía dormir. O, si estaba dormido, habitualmente ella me despertaba sin querer porque se tropezaba contra los muebles en la semi-penumbra.”

La abnegada señora también era fumadora, y el tabaco la consumía, pero no contenta con la bebida y el cigarro se dedica también al juego, de hecho acudía a un hospital como voluntaria, y para distraer a los pacientes que visitaba jugaba con ellos, apostaba y les ganaba, un día por ejemplo llegó a la casa con un bastón que le ganó a un pobre viejito del hospital.

Aquel ritmo de vida empieza a pasar factura y toca llamar al médico, y el doctor devela la última compulsión de la mamá, les dejaré de tarea buscar el cuento para descubrirla.

Hay muchas más historias de madres terribles en la literatura, como Emma Bovary que estaba más pendiente de esconder sus aventuras que de su hija. Bernarda Alba que es la encarnación de la madre castradora. Charlote Haze la mamá de Lolita que desvía la atención del problema real que se presenta en su casa con su hija adolescente. Esta también Cersei Lannister que procrea a sus hijos con su propio hermano, esta mujer es lo más ambicioso del mundo.

Seguro que ustedes están pensando en este momento en otras que yo no nombre… compártanlo con nosotros. Cuéntennos cuáles son esas madres que ustedes consideran mamás malas.

Bueno gente, el tiempo es un tirano y si seguimos hablando nos va a agarrar el sereno. Vamos a dejarlo hasta aquí, y si aún no han comprado el regalo para mamá, regálenle un libro, promuevan la lectura, pero cuidado con lo que regalan… no vayan a herir susceptibilidades.

Les dejo, pero me despido con la invitación de siempre… pónganse a leer.

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