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Horrores Humanos: La Matanza de My Lai

Horrores Humanos: La Matanza de My Lai

A lo largo de la historia la guerra siempre ha sido el terreno para los más horridos y desesperanzadores relatos. Siendo común la justificación de increíbles crímenes en nombre de la fe, la justicia o de simples órdenes. Este es el caso de la matanza de My Lai.

INTERESANTE

Durante la guerra de Vietnam, en marzo de 1968 tropas de infantería norteamericanas, pertenecientes a la Task Force Barker, lanzaron un asalto aéreo bajo órdenes de “búsqueda y destrucción” en la población de Son My, en el distrito Son Tinh de Vietnam del Sur.

La razón de esta incursión armada era la locación y consecuente eliminación del 48° batallón del Frente Nacional de Liberación de Vietnam, mayormente conocido como Vietcong. Su base, según la inteligencia recibida, se encontraba en la zona bajo el nombre clave de My Lai – 4.

El comienzo del horror

Habiendo aterrizado y sin encontrar algún tipo de resistencia por parte de los residentes, el capitán Ernest L. Medina, a cargo de la operación, ordenó a las tropas realizar una maniobra envolvente para capturar la aldea. Separándolos en dos secciones: el primer grupo tomaría el lado sur del poblado cortando posibles escapes y el segundo presionaría desde el norte.

A partir de este punto vemos que la misión sale de control y nos muestra uno de los peores aspectos de la guerra. Al ya haber tomado posición y sin encontrar resistencia de la guerrilla, la segunda división comenzó a ejecutar civiles indiscriminadamente, asismismo, a violar y perpetrar distintas vejaciones a las mujeres que encontraron.

Al mismo tiempo, la primera división que estaba dirigida por el teniente William L. Calley devasto la zona sur de My Lai, perpetuando atrocidades similares a sus compañeros en el norte e incluso llegando a quemar toda la zona, sin distinguir entre animales y civiles.

De acuerdo a los testimonios, las mujeres y niños en la foto fueron asesinados en la matanza – Imagen: Wikipedia.-

Motivado al fuego continuo que se escuchaba, y pensando en una fuerte oposición armada, el capitán Medina decide enviar una tercera división para reforzar a las anteriores y concretar la captura de la zona.

Al llegar estos refuerzos se encontraron con una lucha en un solo sentido, donde incluso la segunda división había realizado una ejecución de civiles apiñados en una zanja. Frente a estas horribles imagenes, los soldados no pudieron hacer nada más que seguir adelante y rematar a los moribundos.

Se trató de encubrir la masacre

Ya finalizada esta terrible matanza, en la que se cuentan nada menos que 347 civiles muertos, se dio a conocer un informe por parte del capitán Medina totalmente distinto en el que se indicaban poco más de 100 bajas vietnamitas, siendo en su mayoría guerrilleros del Vietcong. No obstante, esta inadmisible mentira no quedaría siempre cubierta, gracias a la intervención de los periodistas Ronald Haeberle y Jay Roberts, quienes acompañaron al teniente Calley en esta infortunada incursión.

El juicio

Gracias a los posteriores testimonios de estos periodistas, algunos pilotos y el arrepentimiento incipiente de otros soldados, paulatinamente se fue corriendo la voz en torno a este horrible acontecimiento. Una vez llegado el tema a los altos mandos fue inevitable un juicio, donde el acusado fue el teniente William Calley, quien fuera el hombre al mando de la segunda división y ejecutor principal de la matanza.

Sin duda hechos como estos afectarían irreparablemente la visión del ejército, por lo que se buscó de dar un cierre discreto al asunto. Se condenó a Calley a cadena perpetua y trabajos forzados; pero con el tiempo pasaría a ser una simple e inadecuada condena de tres años y medio para alguien que cometiera actos tan atroces.

El teniente siempre aseguró que lo que hizo fue bajo el cumplimiento de sus órdenes, una de las mayores y más comunes excusas que encontraremos entorno a los crímenes de guerra. Sin embargo, fueran órdenes o solo la irracionalidad de un soldado temperamental, se presentaron muertes de civiles que nunca se podrán recuperar.

Con información de: Senderos de la historia / La vanguardia

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