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Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte I)

Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte I)

Rápidamente, ¿qué les viene a la cabeza cuando se menciona la frase “asesino en serie”?… Lo primero, probablemente, un personaje sombrío, amenazador, impopular, de educación media a baja, resentido; por otro lado nos vienen imágenes de una niñez infeliz y complicada, plagada de maltratos; en realidad estas características son una constante universal en lo que se refiere a los asesinos en serie, y como en cada regla hay una excepción, les presentamos a Ted Bundy.

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Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte I)
Horrores Humanos: Ted Bundy, un Psicópata Americano (Parte II)

Theodore Robert Cowell nació el 24 de noviembre de 1946, su madre Louise Cowell, lo tuvo siendo muy joven, fruto de un amorío pasajero con un veterano de la fuerza aérea.

Ajá, muchos dirán, ¡no tuvo padre y vivió en la pobreza siendo maltratado por su madre!; pues no, resulta que Louise regreso a casa de sus padres y estos criaron a Ted como su hijo haciéndole creer que Louise era su hermana mayor (una práctica bastante común en esa época, sino lean sobre Eric Clapton o Jack Nicholson).

A los 4 años de edad, Ted y su madre biológica se mudaron a Washington, donde Louise conoció a un cocinero llamado Johnnie Culpepper Bundy, quien se casó con ella y le dio su apellido al pequeño Ted.

Ya deben estar pensando sobre los horrores que vivió Ted con su padrastro maltratador…Pues no, Johnnie resultó ser un padre cariñoso para Ted, que no dejaba oportunidad libre para tratar de conectar con su hijo adoptivo.

En poco tiempo la familia Bundy creció y Ted fue bendecido con cuatro hermanos, a quienes cuidaba diligentemente después de la escuela.

Durante toda la primaria, Ted se caracterizó por ser bastante solitario e inseguro, sin embargo, al llegar a la secundaria, floreció. Se convirtió en un joven muy atractivo, de muy buenos modales, que vestía de manera impecable y con una popularidad en ascenso.

A pesar de todo esto, Ted rara vez salía con mujeres y se centraba más que todo en actividades extracurriculares como la política y el esquí.

Al terminar la secundaria, Ted decidió ir a la universidad. Durante estos años, Bundy brilló como estudiante, era muy enfocado, y sacaba constantemente buenas notas. Paralelamente, para pagar sus estudios, pasó por una serie de trabajos de baja gama, en los cuales era considerado como un empleado mediocre y de poca confianza.

El amor que generó el horror

Durante la primavera de 1967, Bundy conoció a la mujer de sus sueños, bella, sofisticada y de buena posición social, inmediatamente comenzaron a salir, principalmente a esquiar, algo que ambos tenían en común, en unos de estos viajes se enamoraron y se convirtieron en novios.

Este amor duró hasta 1968, cuando la joven decide terminar con Ted por considerar que este carecía de la ambición necesaria para triunfar en la vida, esto destruyó a Ted, y posiblemente desencadenó la carnicería de los años siguientes.

Otro hecho contribuiría a la debacle mental de Bundy: en 1969 se enteró de la verdad sobre su madre. Esto lo afectó de manera significativa, y aunque Ted no cambió su relación con su madre biológica, si se volvió en contra de su padrastro, Johnny.

El despertar de la verdadera naturaleza de Bundy

Hay un aspecto de Ted que las personas, que lo conocieron durante sus años de escuela, percibían: no era honesto y muchos tenían la sensación de que Bundy era un ladrón.

Le gustaba robar cosas, en el trabajo, en la escuela o simplemente entrando a hurtadillas a cualquier casa, Bundy disfrutaba de la adrenalina que le generaba robar.

Por otra parte, luego de la ruptura y de enterarse de la verdad sobre su madre, Ted pasó a ser mucho más extrovertido y enfocado, regresó a la universidad de Washington donde curso de manera muy exitosa la carrera de psicología, siendo respetado por sus profesores y compañeros.

Durante esta etapa Ted comienzó una relación de 5 años con “Elizabeth” (pseudónimo con el que se le conoce) una mujer divorciada con una hija pequeña, que veía en Ted a un esposo ideal, sin embargo él nunca quiso casarse, objetando que todavía tenía muchas cosas por hacer (¡y vaya si lo decía en serio!).

La vida de Ted iba por el carril derecho, tenía una pareja estable, estaba aplicando para la escuela de leyes, estaba comenzando a resaltar en la política al ayudar en varias campañas del partido republicano, e inclusive fue condecorado por la policía, al salvar la vida de un niño de 3 años que se estaba ahogando en un lago… Definitivamente Ted Bundy era un ciudadano modelo.

Durante 1973 Ted se reencontró con su antigua novia, quien no podía creer el cambio que había dado Ted. Se siguieron viendo a espaldas de Elizabeth, hasta el punto que volvió a enamorarse de Ted, sin embargo todo esto era un plan de venganza de Bundy ya que cuando ella empezó a hablar de matrimonio, Ted se alejó y no la volvió a ver nunca más.

Cronología de un criminal

No se sabe en que momento Ted se convirtió en un monstruo, pero al parecer todo comenzó el 4 de enero de 1974, cuando entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, la golpeó con una palanca metálica y la violó con una pata de la cama. Al día siguiente, la chica fue hallada malherida y sobrevivió con daño cerebral permanente. Bundy contaba con 27 años.

Veintisiete días después atacó a la estudiante en Psicología de la Universidad de Washington, Lynda Ann Healy, de 21 años. Bundy entró en su dormitorio, la dejó inconsciente con un golpe y la sacó de la escuela. Nadie notó la ausencia de la joven hasta el día siguiente. La policía no estableció ninguna conexión entre las dos agresiones y tampoco se hicieron mayores pruebas ni estudios de la escena del crimen. Los restos de Lynda Ann fueron descubiertos un año después en una montaña cercana.

Durante la primavera y verano de 1974 desaparecieron varias universitarias. Se calcula que fueron ocho víctimas a las que atacó durante las noches, hasta que comenzó a hacerlo de día. La policía había iniciado una investigación y contaba con descripciones acerca de un hombre que solicitaba ayuda a chicas que jamás volvían a ser vistas.

El individuo tenía la particularidad de ir cargado con libros y llevar un brazo enyesado o en cabestrillo. También hubo testigos que observaron a un hombre que solía tener «problemas» para arrancar su Volkswagen el cual había sido visto rondando el sitio donde desaparecieron dos de las jóvenes asesinadas.

El 9 de febrero de 1974, Carol Valenzuela, de 20 años, desapareció de Vancouver (Canadá). Su cadáver no fue descubierto hasta el mes de octubre junto a otro cuerpo sin identificar.

El 11 de febrero de 1974, desapareció Nancy Wilcox, de 16 años. Su cuerpo nunca fue hallado.

El 12 de marzo de 1974 Donna Mason, de 19 años, fue vista por última vez mientras iba a un concierto de jazz del campus.

El 17 de abril, Susan Rancourt de 18 años, caminaba por los jardines del Central Washington State College cuando desapareció.

Un mes más tarde desapareció Roberta Parks, de 20 años, quién había quedado con unas amigas para tomar café, nunca llegó. Parks se encontró con un hombre aparentemente lesionado que le pidió ayuda para subir unas cosas a su auto. Jamás fue vista de nuevo.

El 1 de junio de 1974, Brenda Ball, de 22 años, salió de la Taverna Flame en Burien (Washington) después de comentar a sus amigos que iba a buscar a alguien que la llevara a Sun City (California). La última vez que la vieron estaba hablando con un hombre con el brazo en un cabestrillo. Diecinueve días más tarde se descubrió que Brenda nunca llegó a su destino.

El 11 de junio de 1974 Georgann Hawkins, de 18 años, perteneciente a la fraternidad Kappa Alpha Theta de Seattle, desapareció después de despedirse de su novio e ir a buscar unos libros para un examen de castellano. Su compañera de habitación y la encargada del dormitorio reportaron su desaparición a la mañana siguiente.

El 14 de julio, la universitaria Janice Ott dejó una nota a su compañera de habitación avisándole que se iba en bicicleta al parque Lake Sammamish. Allí se le vio conversar con un hombre que tenía el brazo enyesado y le pedía ayuda para cargar libros en su auto. Días después volvió al mismo parque y secuestró a Denise Naslund, la cual pasaba el día con su novio y amigos. Los restos de Janice y Denise fueron encontrados en agosto de 1974 en el mismo lago Sammamish.

Bundy despistaba a la policía porque sabía como alterar su aspecto físico. Se cambiaba el peinado, se dejaba crecer barba y bigote o se los afeitaba. También cambió de residencia y se mudó a Midvale (Utah), donde el 30 de agosto de 1974 se matriculó como estudiante en la Facultad de Leyes en la Universidad de Utah.

El 18 de octubre de 1974 asesinó a Melissa Smith, la hija del sheriff local. La secuestró mientras ella iba a pasar la noche en casa de una amiga. Su cadáver fue encontrado nueve días después en Summit Park.

El 30 de octubre desapareció Laura Aimee, de 17 años, cuando volvía de una fiesta de Halloween. Su cadáver fue encontrado en los montes Wasatch mostrando signos de haber sido golpeada en la cabeza con una cuña de metal y violada.

La policía inició una investigación y descubrió similitudes en el modus operandi con algunos asesinatos ocurridos en Washington. Entre ambas comisarías elaboraron un retrato hablado del posible aspecto que tendría el asesino.

Gracias al retrato hablado sobre el asesino, una amiga cercana de Elizabeth Kendall identificó al probable asesino como Ted Bundy a quien detestaba abiertamente, pero dejando de lado eso simplemente el parecido era innegable y así se lo hizo saber a su amiga, que irónicamente estaba al tanto de los crímenes y escribía regularmente reportes acerca del asunto.

De hecho Kendall se llegó a convencer de que su novio Ted podía ser el asesino pues muchas claves apuntaban directamente hacia él.

El parecido de Ted con el sketch de la policía, el hecho de que manejaba un VW sedan como el asesino y que había visto en su departamento muletas no dejaban muchas dudas al respecto.

Dada la situación, llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su novio podía tener algo que ver en las muertes y a pesar de que facilitó fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al tratar de hacer la correspondiente identificación.

La policía desechó esa pista para enfocarse en otros reportes.

Y la atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años después.

El 8 de noviembre de 1974 el caso dio un giro de 180 grados cuando Bundy se le escapó con vida la joven Carol DaRonch.

Según lo relatado por la víctima así como lo relatado por testigos, esto es lo que se cree que sucedió: en una tienda de libros, Bundy elige como víctima a Carol y haciéndose pasar por un oficial de la policía de apellido Roseland, la engañó al decirle que alguien trató de robarse su automóvil.

A fuerza de insistir logró hacerla subir a su carro y cuando Ted comenzó a conducir opuesta a la estación de policía, Carol comenzó a forcejear. Bundy la amenazó con una pistola y con su fiel cuña de metal, pero al tratar de esposarla, Carol escapó del carro logrando golpearlo en los genitales. Afortunadamente una pareja que manejaba por el lugar alcanzó a darse cuenta de la situación y Carol logró entrar al carro de ellos.

Inmediatamente la llevaron a la estación de la policía.

Pero ese no fue el único intento que Bundy efectuó ese día. Debby Kent halló la muerte a manos de Ted Bundy esa misma noche.

La única pista encontrada en la escena fue una pequeña llave de esposas que concordó a la perfección con las esposas usadas en el intento de secuestro de la señorita DaRonch.

El círculo sobre Bundy se cerraba cada vez más.

El 16 de Agosto de 1975 el VW sedán de Bundy es identificado con el implicado en el secuestro de DaRonch. Tras una semana de juicio por secuestro, Ted Bundy es sentenciado a una pena de 15 años el 1 de Marzo de 1976 en la prisión estatal de Utah Colorado. Las autoridades investigan el resto de los crímenes del indiciado.

Las pruebas contra Bundy eran ya inobjetables; se le detuvo debido a que los oficiales de camino en cada condado son conocedores de todos los vecinos y ponen mucha atención en los carros que no conocen. Como existía el antecedente de un VW sedan implicado en un secuestro, fue cuestión de tiempo para que lo detuviera.

En la inspección del vehiculo fueron hallados la palanca de metal (arma predilecta del Bundy), esposas, cinta y otros objetos lo convirtieron en sospechoso.

La evidencia hallada fue ligada paulatinamente a la desaparición de otras mujeres (Melissa Smith, Laura Aime y Debby Kent) y gracias a la colaboración de la directora la obra escolar en la que Carol actuaba y que había visto a Bundy merodeando, la policía supo que tenía en su poder al sujeto indicado y comenzó la investigación a gran escala del hombre que ahora sabían era Theodore Robert Bundy.

El otoño de 1975 la policía profundiza en la vida de Bundy mediante las declaraciones de Elizabeth Kendall, quien acude a los interrogatorios afectada y nerviosa pero aporta valiosos datos que van componiendo el rompecabezas de la existencia de su peculiar novio.

Relató que los días de los asesinatos no podía determinar donde había estado su novio, no con ella por lo menos.

De hecho Bundy tenía por costumbre dormir más durante el día y las noches aprovechaba para salir.

Otro dato revelador es que hacía un año este había hecho un viaje al lago Sammamish para esquiar, justo por los días en que habían desaparecido las señoritas Ott y Naslund.

En cuanto a la vida sexual de la pareja, Kendall narra que Bundy era afecto al sadomasoquismo y cuando ella decidió no participar mas de ello, se había puesto triste y había perdido mucho del interés hacia ella.

En las siguientes sesiones le contó a la policía que notó desde los primeros días de su noviazgo que Bundy guardaba en su habitación yeso y vendas y que hasta lo que recordaba nunca se había roto ningún hueso del cuerpo.

Igualmente Bundy pasaba tiempo en las montañas Taylor lugar donde varios cuerpos habían sido hallados.

Una vez descubrió debajo del asiento del carro un hacha; detalles que se convertían en evidencia crítica.

El siguiente paso fue conocer de la anterior relación de Bundy con la muchacha californiana a quien contactaron para enterarse de cómo Ted había roto relaciones de la manera más abrupta y fría.

Para colmo Bundy había cargado combustible empleando tarjetas de crédito por lo que el rastreo de sitios donde había pasado lo incriminaba más y más.

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

@elchevequebb para @Culturizando

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