Enero 13, 2017

¿Qué tanto te pareces a Trump?

¿Qué tanto te pareces a Trump?

Por Omar G. Villegas | Opinión |

Hace unos meses, cuando Donald Trump todavía no ganaba las elecciones a la presidencia de Estados Unidos y poco a poco se convertía en un candidato con posibilidades de triunfo, escribí un post en Facebook que aludía no a la polémica personalidad y al incendiario estilo del magnate, sino a las reacciones que sus detractores tenían hacia él.

Leyendo una y otra vez las redes sociales o atendiendo los medios de comunicación noté que justamente todo aquello que se le condenaba a Trump era respondido, confrontado, señalado, criticado, descalificado con la misma virulencia, altanería e insultos que suele usar el ya presidente electo de Estados Unidos.

En aquel post preguntaba si tomar una actitud insultante, beligerante o burlona en lugar de distanciarnos de Trump nos acercaba a él. Nos asemejaba. Me preguntaba si no precisamente todo lo que le criticamos es en lo que nos convertimos al tomar las actitudes y reacciones similares a las de él sólo que no se condenaban por ser las “políticamente correctas”, aquellas que nos hacían suponer que nos encontrábamos del lado “bueno” del juego. Una postura muy maniquea, ¿no es cierto?

Saco a colación esto a propósito del discurso de Meryl Streep en la reciente entrega de los Globos de Oro donde se reconoció su trayectoria y su incuestionable aportación a la industria cinematográfica de Estados Unidos y el mundo. Durante su agradecimiento Meryl Streep se refirió indirectamente a la coyuntura política y social en Estados Unidos tras el triunfo de Trump.

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“La falta de respeto invita a la falta de respeto. La violencia incita a más violencia», aseguró. Y yo concuerdo con este postulado, sobre todo a raíz de todo el fenómeno Trump. Por ello desde aquella vez que posteé eso en Facebook y ahora, no apoyo la «Trumpización» del mundo. Insultar, descalificar, rebajar, burlarme de otros no debe ser opción.

Hay quienes han señalado que estos tiempos de corrección política radical (que estoy de acuerdo han dado lugar a excesos, cegueras, contradicciones e inacción como la que aquí señalo) están acabando con el humor, están limitando la expresión, están aniquilando la ironía. No creo que sea así. Como alguna vez escribí en una revista respecto a la patéticamente famosa porra homofóbica de los hinchas de la Selección Mexicana de Futbol (el “¡eeeeeh, puto!”): más bien nos obligan a ser más inteligentes. La burla fácil, el insulto, la violencia deberían salir de nuestro repertorio.

Así que a propósito del tan comentado discurso de Meryl Streep quizá sería bueno preguntarnos qué tanto nos parecemos a Donald Trump. En caso de no ser simpatizantes suyos, ¿será que somos realmente tan diferentes de él como creemos? Un vistazo a nuestros comentarios en las redes sociales nos puede dar una pista. Trump, por ejemplo, le respondió a Meryl Streep en Twitter llamándola “lacaya” y ningunéandola. Pero en su discurso Mery ni siquiera lo mencionó directamente. Es aquí como vemos la barbarie confrontada a la sutileza. Una sutileza que da en el blanco y genera reacciones. A esa me gustaría apelar.

Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |

Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.

Foto: Donald Trump / Shutterstock

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