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Horrores Humanos: El asesinato de John Lennon (+Foto)

Horrores Humanos: El asesinato de John Lennon (+Foto)

Tragedia en el crepúsculo del genio: El Asesinato de John Lennon desgarró el alma de Nueva York y el mundo entero

Corría el frío y oscuro 8 de diciembre de 1980 en las calles de Nueva York. En la penumbra de la ciudad que nunca duerme, la leyenda viviente, John Lennon, miembro icónico de Los Beatles y defensor apasionado de la paz, se encaminaba hacia su destino trágico.

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Lennon, inmerso en su carrera como solista y en sus luchas políticas, salió del imponente edificio «The Dakota» junto a su esposa Yoko Ono. Eran las 5 de la tarde, y la pareja se dirigía al «Record Plant Studio» para grabar la última obra maestra de Yoko, «Walking on Thin Ice», con Lennon al mando de su guitarra principal.

La fatalidad se cernía sobre ellos mientras Lennon, siempre amable con sus seguidores, se detuvo para saludar y firmar autógrafos. En medio de la multitud, un hombre de apariencia común, Mark David Chapman, se acercó con una copia de «Double Fantasy» en mano, solicitando la firma del ícono musical. Nadie podía prever la tragedia que se gestaba en ese encuentro aparentemente inocente.

A las 10:49 de la noche, al regresar al imponente Dakota, la sombra de Chapman emergió de la oscuridad. Con un revolver .38 Special en mano, cinco disparos resonaron en la noche neoyorquina. El destino, caprichoso y cruel, desvió uno de los proyectiles, que se estrelló contra la ventana del edificio. Los restantes cuatro encontraron su blanco en el cuerpo de Lennon, perforando la carne y el alma del ícono.

5 horas antes, Chapman le pidió a Lennon que le firmara su copia de Double Fantasy.

Herido de gravedad, Lennon fue rápidamente transportado al Hospital Roosevelt. Sin embargo, la muerte ya había extendido su helada mano sobre el legendario músico. La hipovolemia, la pérdida del 80% de su volumen sanguíneo, selló su trágico destino.

La ciudad que nunca duerme quedó enmudecida ante la noticia de la muerte de Lennon. Un genio musical apagado por la violencia absurda. Chapman, obsesionado con los Beatles hasta el punto de la locura, se declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua. Su razón retorcida, influenciada por el personaje antisocial de Holden Caufield en «El Guardián entre el Centeno» de J.D. Salinger, reveló la oscura conexión entre la obsesión y la tragedia.

El 10 de diciembre de 1980, la última despedida llegó con el incineramiento del cuerpo de Lennon. La música había perdido a una de sus voces más resonantes, y Nueva York lloraba en silencio la partida prematura de un ícono, víctima de una noche trágica que cambió para siempre la historia del rock y el alma de una ciudad.

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