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El cerebro humano está preparado para asimilar miembros extra

El cerebro humano está preparado para asimilar miembros extra

Un grupo de científicos suecos demuestra que nuestro cerebro puede llegar a asimilar que tenemos un miembro extra mediante algunos sencillos trucos visuales. El estudio cuestiona la vieja idea de que la percepción de nuestro propio cuerpo está predeterminada y abre la puerta a la incorporación a miembros adicionales en un futuro.

INTERESANTE

¿Podemos asimilar que tenemos más de dos brazos o dos piernas? La concepción clásica en neurología nos dice que nuestros cuerpos se desarrollan con un plan de desarrollo simétrico y que el diseño del propio sistema nervioso nos programa para esta simetría de manera innata. Un grupo de neurocientíficos del instituto universitario Karolinska ha publicado un estudio en PlosONE en el que demuestra que nuestros esquemas neurológicos son más versátiles de lo que pensábamos y pueden adaptarse a la existencia de nuevas extremidades.

Para conocer mejor el alcance de sus experimentos, debemos remontarnos a lo que sabíamos hasta ahora. En neurología son conocidos los casos de pacientes con un «miembro fantasma supernumerario», un brazo o una pierna que ellos notan pero que realmente no existen, aunque hasta ahora no se dispone de una explicación muy ajustada. En los experimentos sobre la propiocepción, el «experimento de la mano de goma» es un clásico, se coloca a un individuo una mano falsa y se oculta a su vista la real. Al cabo de un rato, el sujeto percibe la mano falsa como propia:

Una vez visto lo que se hacía hasta ahora, veamos hasta dónde han llegado los investigadores suecos. El anterior experimento demostraba que la ilusión de un miembro extra era posible, pero quedaban algunas preguntas en el aire: ¿es posible experimentar la misma ilusión si nuestro brazo real permanece a la vista? ¿Qué consecuencias tiene en nuestra percepción de nuestro cuerpo el hecho de ver un tercer brazo? Para desentrañar estas cuestiones, los científicos realizaron una variante del experimento, esta vez con el brazo a la vista. Y éste es el resultado (atentos también al final):

Como ven en las imágenes, la diferencia fundamental es que en este caso no se sustituye la percepción de un brazo real por uno falso, sino que se incorpora un miembro extra a nuestro cuerpo. ¿Cómo resuelve el cerebro este conflicto de percibir dos brazos? Sorprendentemente, como admite Arvid Guterstam, uno de los investigadores, el cerebro acepta los dos brazos derechos como parte de su imagen corporal y lo integra con normalidad.

«Estos resultados sugieren que la mano artificial toma ‘prestados’ algunos de los procesos multisensoriales que representan la mano real», dice el estudio, «y conducen a una duplicación del tacto y a la sensación de que se poseen dos brazos derechos». Lo que demuestra en comparación con el experimento clásico de la mano de goma es que «la representación del cuerpo que hace nuestro cerebro puede ser actualizada con facilidad para añadir un miembro extra».

El experimento se realizó con 154 voluntarios y se comprobó que se producía una reacción de estrés cuando el experimentador acercaba un cuchillo al brazo falso siempre que se produjera ilusión de pertenencia. El mismo efecto no se produjo cuando en lugar de poner un brazo derecho se colocaba uno izquierdo o un pie, por ejemplo.

Aunque parezca un simple entretenimiento, estas conclusiones pueden tener una gran importancia en el desarrollo e implantación de prótesis a pacientes que han perdido algún miembro. «Puede que en el futuro podamos ofrecer a un paciente con parálisis en un lado del cuerpo la posibilidad de usar un brazo artificial y sentir que es suyo mientras el brazo paralizado sigue formando parte de su imagen corporal», asegura el neurólogo Henrik Ehrsson, en Physorg. «Y también es concebible que personas que lo necesiten para trabajar se beneficien de un brazo extra , como los bomberos durante un rescate, o los médicos de emergencias sobre el terreno».

26/03/2011

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