Junio 18, 2017

El cambio empieza por nosotros

El cambio empieza por nosotros

Así lo ve Mota |

¡Para los que necesitan aportar y no estacionarse a la espera de lo diferente!  

Sin lugar a dudas, en los últimos tiempos nos hemos visto envuelto en una gran esfera que nos ha dejado como resultado un traje con características idénticas a La Coraza, atuendo peculiar que nos hace vivir la aventura de una montaña rusa literalmente hablando. La situación país, para algunos los hace más triste, más felices, más esperanzados; más o menos importante. Contexto que nos lleva directamente a la crítica y a la queja sólo con el fin de ver consolidado el cambio que deseamos.

¿Pero la crítica y las quejas harán posible ese cambio qué queremos?

A la interrogante anterior, se aporta que las críticas y las quejas en ocasiones no muy prolongadas son aceptables para desempolvar o estremecer lo que consideramos que no está marchando bien, más; el verdadero cambio empieza por nosotros mismos, acompañado de la actitud con que afrontaremos cada situación que vivimos o que estamos a punto de enfrentar. Aterrizando a lo que se vive hoy en día, no podemos apuntar todas las culpas a los que llevan el volante de un país. Sin embargo nos vamos más a lo común: y nos preguntamos por ejemplo sobre ¡La basura de nuestra comunidad!, efectivamente  tiene que ser una ordenanza de estado para evitar la contaminación, mantener el urbanismo entre otros ¿Pero los botaderos de basuras en zonas prohibidas o no contempladas es culpa de un gobierno? Y aquí nos estacionamos: A veces, y sin querer cometemos actos irresponsables que sin darlos cuenta se los atribuimos a los que nos rodean o vamos más allá a los que gobiernan en un país o sitio determinado. Se comprende que la mayor responsabilidad de un territorio o estado recae sobre sus gobernantes, pero también es importante saber que  recae sobre nosotros aportar con pequeñas acciones que si se trabajan de manera conjunta se puede llegar a convertir en una gran ayuda colectiva en el avance y desarrollo de un país.

Las circunstancias actuales han llegado a un extremo de desgastar a una persona por decirlo de una manera coloquial. Más la idea, no es dejarnos consumir;  y ganarle a la situación actual. Se busca la formación de aquel individuo que desempolve los valores, los principios y aflore nuevamente el sentido común que dejamos congelar. Cada día poder en práctica lo mejor de nosotros y retribuirle a la naturaleza con buenas acciones lo que ha hecho por nosotros: Mantener las áreas verdes limpias, no botar basura en lugares públicos o recuperados, respetar las señales de tránsito, estacionar en lugares disponibles para ello, responder con amabilidad y poner a funcionar la empatía y la tolerancia. Las dos últimas olvidadas por varios ciudadanos en la actualidad.

¡Y recuerda! Nada cambia por arte de magia, el cambio  empieza de nuestro interior de manera seguida y consecuente para convertirlo en hábito. Hábito que tiene que ser convertido en hábito país.

Daniel Mota / TW @UnTalMota / IG @UnTalMota 

 

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