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Directores de cine capaces de torturar y hasta matar por una toma (Parte I)

Directores de cine capaces de torturar y hasta matar por una toma (Parte I)

En ese afán del ser humano por idolatrar el pasado, se hacen a un lado oscuras anécdotas que dañarían la imagen o el prestigio de algunos personajes.

INTERESANTE

Tal es el caso de unos cuantos directores de cine legendarios; recordados más por su aporte a la industria, innovación y logros que por algunas excentricidades que rayan en la locura y hasta en el sadismo.

A continuación te traemos la primera entrega de este especial de directores de cine capaces de torturar y hasta matar por una toma.

1.- Alfred Hitchcock, el torturador de actrices

Obsesionado de manera poco sana, con sus protagonistas féminas, Hitchcock ocupa un lugar importante en este conteo. Buscando obtener el mayor realismo en la actuación de Tippi Hedren en el filme The Birds, o quizás por puro sadismo y ganas de molestar, el director torturó a la joven actriz con aves verdaderas que la rasguñaron, picotearon, revolotearon sobre ella, llenandola hasta de excremento de pájaro.

No conforme con esto, Hitchcock le pagó a parte del staff para que siguieran a la actriz noche y día, al punto del acoso. Incluso le hizo propuestas indecentes que llevaron a la actriz al desespero y amenazar con demandarlo. Ante dichas amenazas Hictchcock respondió con una severa advertencia de arruinarle la carrera a la actriz.

Otra de las víctimas de los extraños métodos de este director fue la protagonista de “The 39 Steps” quien al no conseguir la expresión de susto requerida, fue ingratamente sorprendida por Hitchcock bajándose los pantalones y enseñándole su miembro en pleno rodaje. Obviamente la cara de susto fue lograda.

2.- Francis Ford Coppola y el “Apocalispsis” que casi mata a Martin Sheen

Décadas antes de que Charlie Sheen fuera noticia por sus vicios y escandalosa vida, su padre Martin, hacía de las suyas en el “Apocalisis Now” de Francis Ford Coppola.

Plagada de innumerables problemas de producción, entre ellos el estar rodando en Filipinas justo mientras se desarrollaba una guerra civil. Esta absurda decisión de filmar en un sitio bajo estas condiciones se dio porque el presidente le ofreció a Coppola no solo apoyo en la producción sino también equipamiento militar (incluyendo helicópteros).

Los disparos y el bombardeo que el equipo y el reparto escuchaban a lo lejos eran verdaderos; y aunque su director parecía tomar las cosas con calma, su protagonista no lo logró. Sheen sufrió un ataque cardíaco durante la filmación (por cierto, en medio de la jungla).

Ante esta situación uno esperaría que el director resolviera la situación sensatamente –enviando al actor a un hospital en Estados Unidos, para que se recuperara aunque esto significara detener el rodaje— sin embargo, y a pesar de las peticiones del equipo de trabajo, Coppola decidió continuar con la película, alegando a los medios y al mundo entero que Sheen “sólo había sufrido un agotamiento por el trabajo” y luego de un mes de reposo lo incorporó nuevamente al proyecto, bajo las mismas condiciones que venían trayendo.

3.- Stanley Kubrick logra una actuación de mujer traumatizada, traumatizando a una mujer

Si bien Kubrick es conocido como uno de los directores más quisquillosos, metódicos y hasta exagerados en la perfección de sus tomas, lo que hizo con la pobre Shelly Duvall sobrepasa todo lo anterior. Fácilmente se puede decir que este “perfeccionismo” no es más que un “trastorno obsesivo compulsivo”.

Aquella escena de “El Resplandor” considerada clásica, en donde Shelly Duvall sostiene un bate y aterrorizada se esconde de un Jack Nicholson enloquecido, fue lograda luego de 127 tomas (record según Wikipedia a la mayor cantidad de repeticiones de una toma con diálogo). Obviamente el desespero de la pobre mujer en la escena es más que verídico.

Igualmente en “Ojos bien cerrados” Sidney Pollack fue víctima de las obsesiones y repeticiones del director, cuando pasó 2 días completos filmando una y otra vez una escena donde él actor simplemente se levantaba de su silla, daba unos pasos y abría una puerta, todo esto sin siquiera diálogos.

Espera pronto la segunda parte con otros excéntricos y complicados directores de cine y sus poco ortodoxas maneras de trabajar.

Foto: Shutterstock

Directores de cine capaces de torturar y hasta matar por una toma (Parte II)

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