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¿Conocías las acuarelas originales de El Principito?

¿Conocías las acuarelas originales de El Principito?

El Principito es una de las obras literarias infantiles más queridas de todos los tiempos. Esta fue escrita por el francés Antoine de Saint-Exupéry y publicada el 6 de abril de 1943. Hoy aún deleita a grandes y chicos con la profundidad de su mensaje y lo hermosa de su historia, no en vano está incluido entre los mejores libros del siglo XX en Francia.

INTERESANTE

Pocos saben que Saint-Exupéry, un piloto comercial que por cierto nunca dominó el inglés, escribió El Principito no en París sino en Nueva York, a donde llegó en 1940 luego de que Francia fuese invadida por los nazis.

En abril de 1943, poco después de la publicación del libro, Saint-Exupéry guardó los manuscritos y dibujos de su Principito en una bolsa de papel marrón, entregándoselos a su amiga Silvia Hamilton: «Me gustaría darte algo espléndido», le dijo, «pero esto es todo lo que tengo». Partiendo luego como piloto militar de la Fuerza Aérea Francesa Libre.

El 31 de julio de 1944, se fue en una misión de reconocimiento, para nunca más volver. Tenía para el momento de su muerte, 44 años, curiosamente fueron 44 las veces que el Principito observó la puesta del sol.


El Principito no fue publicado en la Francia natal del autor hasta dos años después de su muerte. Incluso en Estados Unidos, inicialmente solo fue un éxito moderado, sin embargo, hoy se ha traducido a más de 260 idiomas y dialectos, y cada año llega a millones de manos, pequeñas y grandes.

En 1968, la Librería Morgan en Nueva York, adquirió los manuscritos originales y en una exposición presentada al público hace algunos años, exploraron el proceso creativo de Saint-Exupéry a través de las escrituras que él excluyó de la versión final -el manuscrito Morgan contiene 30,000 palabras, casi el doble que en el libro publicado- y sus acuarelas originales poco conocidas, entre otras rarezas.

Quizás algunos no lo saben pero  Saint-Exupéry fue un artista muy singular y con una gran imaginación, comparable a escritores únicos que también ilustraron sus propias obras, creadores célebres como Maurice Sendak, J.R.R. Tolkien y Maira Kalman.

Lo que hace que estos dibujos sean más extraordinarios es que encarnan y contrarrestan de inmediato la línea más memorable de Saint-Exupéry: «Lo esencial es invisible a la vista», al intentar hacer visible la creatividad de un hombre que después de su muerte continúa moviendo generaciones con su tierna historia sobre el significado de la vida.

Saint-Exupéry fue uno de los muchos escritores famosos con hábitos extraños y regímenes de sueño cuestionables: escribía de noche y no tenía escrúpulos en llamar a un amigo a las 2 a.m. para leerle algún pasaje en voz alta; llevaba una taza de café o té con él en todo momento y casi siempre tenía un cigarrillo colgando de su boca.  Esos hábitos están impresos, literalmente, en su trabajo, como en la mancha de café en esta primera página del manuscrito del Principito:


A continuación te compartimos las  hermosas acuarelas que acopañaban la obra original:

Con información de: brainpickings.org

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