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¿Aprietas los dientes? Seguro sufres de bruxismo

¿Aprietas los dientes? Seguro sufres de bruxismo

Por: Erika De Paz | Desde hace un tiempo uso una férula dental para dormir. Es un tipo de aparato de plástico transparente que debo colocarme al momento de ir a la cama. Aprieto tanto los dientes que si no la utilizo podría terminar desgastándolos.

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Tengo muchos años padeciendo este problema: me cuesta abrir la boca, amanezco con un terrible dolor en las sienes y escucho constantemente un crujido que se produce entre mis mandíbulas. Odio esa férula, casi no la utilizo y ya está llena de huequitos. Cuando voy al odontólogo intento mentirle y trato de esconder, sin éxito, la verdad: no la utilizo todas las noches. Pero al colocármela en el consultorio para revisar la mordida, la mentira se desmorona por sí sola, resulta todo un desafío retirármela.

Quienes utilizan estos molestos dispositivos de descarga, saben que al dejarlos de usar por unos días se hace cuesta arriba quitarlos. Sé que debo dormir con la férula puesta, al menos si quiero aliviar los síntomas asociados al bruxismo.

El bruxismo es el hábito involuntario de apretar los dientes. No tiene un propósito funcional como ocurre cuando masticamos los alimentos para poder tragarlos; de hecho, este se produce con la boca vacía. Este acto libera unas fuerzas que afectan las articulaciones maxilares, y  puede dañar seriamente los dientes, las prótesis, los implantes y la función masticatoria.

La mayoría de los pacientes no están conscientes de que rechinan los dientes porque lo hacen mientras duermen. Pero una vez que van a consulta, resulta sencillo para el odontólogo realizar el diagnostico, entre otras cosas por las señales de desgaste en la dentadura.

La razón principal de esta conducta involuntaria, parece estar relacionada con el estrés. Y aunque ciertamente la incorrecta alineación de los dientes, una prótesis mal asentada y hasta una mala postura pueden desencadenar bruxismo, estas causas no son tan comunes.

El dolor en los dientes, las sienes y oídos son algunos de los síntomas. También puede provocar molestias en la mandíbula, tensiones y dolores en la cabeza, cara y cuello; además del endurecimiento de la musculatura facial. Igualmente, quienes lo padecen pueden llegar a sufrir de fracturas dentales; y si esto no se ataca a tiempo es posible que se presenten problemas en la articulación temporomandibular. La sobrecarga prolongada puede dificultar incluso la simple acción de abrir la boca; los individuos notan un molesto crujido al realizar este sencillo movimiento.

Para proteger los dientes, el odontólogo puede sugerirle al paciente el uso de férulas de descarga para el uso nocturno, las cuales protegen los dientes y evitan que estos se desgasten más. En ciertos casos, se puede mejorar el problema alineando los dientes con una ortodoncia.

Hay quienes alivian las terribles molestias producidas por el rechinamiento, realizando ejercicios fisioterapéuticos que permiten relajar la musculatura de masticación; mientras que para algunos, el tratamiento con calor y los masajes dan muy buenos resultados.

Para aquellos que sufren de estrés, lo más recomendable es ir a terapia, ya que las medidas que pueden ofrecer los odontólogos sólo previenen los daños, pero no combaten su origen.  Otra estupenda opción consiste en practicar yoga o realizar técnicas de relajación como la meditación.

Esto permite mejorar el estado de ansiedad del paciente, y lo ayuda a combatir el estrés. Existen personas que recurren al uso de toxina botulínica para paralizar el músculo afectado, pero los efectos sólo duran de cuatro a seis meses. En casos extremos, hay quienes deben someterse a una cirugía; sin embargo, esto se realiza únicamente cuando el daño sobre la articulación de la mandíbula es grave.

Es importante recordar que el bruxismo es una condición que depende, en su mayoría, de la tensión del paciente. Quizá existan temporadas en que nuestros dientes rechinen menos porque estamos más relajados; la clave está en aprender a manejar los problemas cotidianos para evitar afectar, entre otras cosas, nuestra dentadura.

Si eres de los que aprietas los dientes, sólo debes comenzar a relajarte; te aseguro que en poco tiempo notarás la diferencia.

Por: Erika De Paz | IG @ERIKADPS | Foto: Burxismo Shutterstock

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